SE ACABÓ -SIN REMEDIO- el año 2020 y llegó -con toda lógica- el 2021; me sorprende el mundo de las opiniones, pues hay quien dice que ojalá desde abril o mayo se hubiera acabado el 2020, otros dicen que luego del 31 de diciembre, sigue el 32, y el 33 y así seguiremos mientras la pandemia no permita disfrutar del semáforo en verde; otros opinan que los “led’s” del semáforo solo funcionaron del color naranja pa’rriba, pues los verdes se echaron a perder antes de conectarlos: ¡bola de pesimistas!…
MÁS ALLÁ DE TODA LÓGICA y poniéndome en un color más festivo (¿acaso un azul suave metálico?, ¿o un rosa mexicano casi eléctrico?, ¿o un verde pastel relleno de zarzamoras?, ¿o un color café con leche acompañado de telerita con cajeta?), a mí me hubiera gustado que luego del 2020 llegara el 2030, y te enumero cuatro rápidas razones: 1) nos hubiéramos ahorrado tales y cuáles elecciones además de éste y el siguiente período presidencial, 2) habríamos evitado el gasto en tantas vacunas para esta pandemia y ya estaríamos mejor alimentados, más educados, bien informados y excelentemente prevenidos para la siguiente crisis, 3) ya no necesitaríamos ni de semáforos, ni de topes, ni de baches, ¡ni de autos!, para saber conducirnos con orden y civilidad por los caminos de este mundo, y 4) -¡ups!- (este número mejor ni lo tocamos, no vaya a ser de mala suerte)…
LA LÓGICA NO ES tan cruel como la realidad, pero la realidad sí nos lleva a la auténtica felicidad que escapa a toda lógica; así que dejemos de lado opiniones, deseos, elucubraciones, y dispongámonos ¡ya! a enfrentar el 2021 sin otro color a los proyectos que el de la esperanza y la decisión, el de la responsabilidad compartida y el trabajo solidario…
SI ALGUIEN QUIERE resignarse a la Fatalidad, sepa que la tal señora es fa-ntoche, fa-ntástica, fa-cilona, fa-ramallera, fa-cinerosa, fa-nática, fa-nfarrona, fa-cunda, fa-tídica y hasta fa-rabusteadora; además, la tal señora como que canta en tono de fa (tonalidad que lleva un si-bemol, o sea: como incompleto o a medias, como si fuera un “sí” pero carente de ganas o con exceso de miedo); yo sé muy poco de música, pero se me antoja empezar el año 2021 en un tono de Sol-sostenido-mayor, (¿a ti no?)…
NO ME LO VAN A CREER pero mientras estoy escribiendo estas líneas, y como si fuera arte de magia o virus informático indeseado, me están apareciendo en la pantalla de mi computadora las siguientes frases, como si una mano ajena e invisible estuviera tecleando por encima de mí; es más: ¡yo mismo me hago a un lado para no estorbar al escribano que interrumpe mis ideas e injerta lo que es su voluntad!, ¡ni siquiera alcanzo a espantarme porque la curiosidad se hace más grande que el miedo!…
NO TE PREOCUPE TU VIDA, ni qué comerás o qué beberás; ni te preocupe tu cuerpo ni con qué te vestirás: ¿no es tu vida más que la comida y tu cuerpo más que el vestido?; mira las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni cosechan, ni recogen en graneros, y -sin embargo- mi Padre Celestial las alimenta; ¡pues tú vales más que todas las aves del cielo!…
CONFIESO Y DECLARO que yo no soy autor del párrafo anterior, que ni loco o de cabeza se me hubiera ocurrido algo así: frase descabellada que leída con superficialidad y desgana invita a la fondonguez, pero recibida con atención nos lleva a una inusitada y leal confianza; juro y vuelvo a jurar no ser autor de tal, y si hubiera un notario público a mi lado, bien daría fe que apareció así, de repente, sin yo quererlo ni buscarlo, sin que fuera mi intención citar directa y llanamente el Evangelio de San Mateo, capítulo 6, versículos 25 y 26…
LO QUE YO VENÍA argumentando es que iniciado el 2021 no hay más camino que poner los pies sobre la tierra y seguir avanzando: que nadie se enfrasque en vanas ilusiones (la vacuna es solo una “parte” de la solución, y ni siquiera la mejor), que ninguno se enrede en tontas promesas (los apagones -como accidentes o provocados- no están sujetos a decreto mañanero), que tampoco alguien se atenga a supuestos milagros de abonero (ni modo, ése fue el calificativo que me salió porque al final de adquirir un producto en pagos chiquitos, resulta que se pagó el doble de su precio)…
AÑADO QUE EL 2021 será como los frijoles, o sea, es lo que ahora tenemos -¡Bendito Dios!- y se le entra a como viene; y los frijoles se comen de modo diverso y siempre sabrositos: con queso y tortillas, con chorizo o con huevo, refritos o aguados, nunca fríos y nunca sin compartir, con epazote o con hoja santa, en un bolillo o pan de caja, en “moros y cristianos” o en “frijol con puerco”, en sopes, tlacoyos, en gorditas de frijol quebrado o escurridos y en ensalada con aceite de oliva, en tamalitos para acompañar un mole o en sopa tarasca con su chile pasilla…
ELIGE VIVIR EL 2021 en paz y en concordia, ni te amilanes ni te achicopales, ni agüitado ni desangelado, ni cabizbajo ni alicaído, que la Providencia Divina está muy por encima de la conveniencia humana, y si debemos emigrar a Egipto que sea con la guía de San José, y si hemos de volver a Nazaret que contemos con la maternal compañía de Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ¡Amén!…
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