Vida Parroquial

Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, remar a contra pandemia

Como muchos institutos de Vida Consagrada, la Congregación de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe -con sede central en la Ciudad de México- ha sentido con fuerza el impacto económico ocasionado por la Pandemia de COVID-19. Sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que religiosas de esta congregación sigan desempeñando con alegría sus actividades en materia de educación, salud y misiones, tanto en el país como en El Salvador, Bolivia y República Dominicana, donde hoy además apoyan con refrigerios a personas que han perdido el empleo.

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Encaran la pandemia con la fuerza de su fundador

La Congregación de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe fue fundada en 1878 por el abad José Antonio Plancarte y Labastida, quien hizo grandes obras en la Iglesia de México.

En 1862, mientras estudiaba en Inglaterra, José Antonio sintió su vocación por el sacerdocio, así que se trasladó a Roma para realizar sus estudios eclesiásticos. Al regresar a México, y ya ordenado sacerdote, llevó a cabo una intensa labor pastoral en la zona del Bajío, con la creación de colegios para niños y jóvenes, pues en lo más profundo de su ser sentía la necesidad de que éstos fueran educados académicamente y al mismo tiempo conocieran la Palabra de Dios.

A fin de que su labor continuara más allá de su tiempo y de su espacio, en 1978 fundó dicha congregación, con el objetivo de formar religiosas encargadas de brindar educación a niños, jóvenes y mujeres, así como brindar a ancianos asistencia en materia de salud y emprender misiones para impartir catequesis extraescolar.

Aún las adversidades económicas, reparten alimento a personas o familias sin empleo.

A contracorriente, pero con la ayuda de Dios

La Madre Elva Guadalupe Ruiz Bueno, superiora de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, señala que si bien la congregación ha sentido fuerte el impacto económico asestado por la pandemia -no sólo en México, sino en el mundo-, hoy trabajan fuerte, alegres y con entusiasmo para mantener la obra, ya que muchas de las familias pertenecientes a esta congregación se han quedado sin trabajo.

Pero además de esta preocupación, las hermanas han tenido que trabajar a ‘contra pandemia’ utilizando toda su creatividad en materia de educación, a fin de adecuar su pedagogía al terreno digital sin restar calidad en los contenidos, para que los alumnos de los diferentes colegios sigan aprendiendo y conociendo la Palabra de Dios de la manera más conveniente.

“Son tiempos difíciles -señala la madre Elva Guadalupe-; pero también tiempos de aprendizaje. Acabamos de tener nuestro Congreso Virtual Guadalupano Plancartino, que versó en torno al acontecimiento de la Coronación Pontificia de la Virgen de Guadalupe, hace 125 años. Todos, de una manera u otra, hemos tenido que aprender remando contra la situación actual. Así que, con la gracia de Dios, saldremos más fortalecidos”.

En esta pandemia, las Hijas de María Inmaculada no pierden el espíritu entusiasta de su fundador.

Por el lado de su obra en materia de salud, debido a la pandemia de coronavirus las religiosas han tenido que trabajar arduamente en el foco del problema: “En este sentido, tuvimos que abrir el Hospital de Especialidades MIG (María Inmaculada de Guadalupe) a los pacientes de COVID-19; adecuamos toda un área para atenderlos. Hemos tenido aquí principalmente a sacerdotes y religiosos contagiados”.

Hoy, además de México, las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe cuentan con colegios, casas de salud y misiones en países como Estados Unidos, El Salvador, República Dominicana y Bolivia. “Como es sabido, esta pandemia -señala la madre Elva Guadalupe Ruiz Bueno-, ha dejado mucho desempleo, así que en todos los lugares en que se necesita, llevamos algo de comer para aquellas personas o familias que se han quedado sin percibir ingresos”.

Otra de las actividades que realizan con entusiasmo en esta pandemia, es la elaboración de cubrebocas.

Leer: Monjas clarisas: De la costura religiosa a crear cubrebocas por COVID-19

 

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Vladimir Alcántara Flores

Editor de la revista Desde la fe/ Es periodista católico/ Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.

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