Una de las imágenes históricas del Niño Jesús más venerada en México es el Santo Niño de Atocha, cuyo principal santuario se encuentra en Plateros, a cinco kilómetros de Fresnillo, Zacatecas. Está considerado como el tercero más visitado del país, luego de la Basílica de Guadalupe y San Juan de los Lagos.
El Santo Niño de Atocha lleva sombrero de ala ancha, capa y está ataviado como peregrino, además carga un bule con agua y una cesta de mimbre en la mano. La de Plateros es réplica de la que se encuentra en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha, en Madrid, España.
En la nación europea la devoción al Niño data del siglo XIII, época en que los moros invadieron y tomaron a muchos cristianos como prisioneros. Los conquistadores prohibían a todos, salvo a los niños, entrar a la prisión para consolar a los enfermos y moribundos.
Se cuenta que un niño les llevaba agua y comida en un recipiente y una canasta llenos a rebosar, y que por eso quienes cuidaban la imagen siempre le encontraban sus alpargatas sucias y desgastadas.
Sobre la manera en que la imagen del Santo Niño de Atocha llegó a México existen distintas versiones. Por un lado, se cuenta que el marqués de San Miguel de Aguayo de España regaló a la iglesia zacatecana de Plateros una imagen de la Virgen de Atocha, y a partir de entonces los fieles comenzaron a venerar al Santo Niño, que aparecía en los brazos de su Madre.
Otra versión asegura que la estatua fue encontrada por unos mineros dentro de una peculiar pieza de hierro. De esta gran pieza –se dice– extrajeron una pieza menor en la que, después de limpiarla y pulirla, descubrieron la imagen del Niño Jesús y la donaron a la iglesia de Nuestra Señora de Atocha.
El santuario de Plateros es de estilo barroco y es de cantera rosa; fue construido a finales del siglo XVIII y a él se accede tras subir varios escalones. Tiene tres niveles donde destacan sus columnas salomónicas y cuenta con dos torres gemelas que están coronadas por cruces.
En su interior, la imagen del Santo Niño está en un camarín de cristal con adornos dorados en el centro del altar principal; encima hay un crucifijo conocido como “El Señor de los Plateros”, realizado en maderas duras. En la parte superior está representada la Santísima Trinidad.
Además, en un salón que está en los portales del atrio, y que mandó construir el obispo José María del Refugio, hay gran número de exvotos, entre ellos fotografías y copias de títulos profesionales, los peregrinos los han llevado en señal de agradecimiento por los favores recibidos.
La fiesta principal del Santo Niño de Atocha es el 25 de diciembre, pero también hay fiesta el 15 de junio, cuando se celebra la del Señor de los Plateros. En ambas fechas acuden danzantes, mariachi y grupos de banda.
Se encuentra en la localidad de Plateros, que pertenece al municipio de Fresnillo, Zacatecas.
En la localidad hay varios hoteles y una Posada del Peregrino, instalación que ofrece servicio de estancia.
Aunque hay peregrinaciones todo el año, la fiesta principal del Niño de Atocha es el 25 de diciembre.
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