Desde 1923, san Francisco de Sales es el patrono de los comunicadores católicos, por disposición del Papa Pío XI, y hay razones de peso para ello, pues además de ser ejemplo de santidad, también fue un asiduo escritor, pletórico de análisis y reflexiones. A continuación, todo lo que debes saber de San Francisco de Sales.
San Francisco de Sales fue un obispo francés, considerado como uno de los santos más influyentes de la Iglesia Católica, por obras literarias como Introducción a la vida devota y Tratado sobre el amor de Dios. Aunque fue nombrado Obispo de Ginebra, nunca pudo tomar posesión.
San Francisco de Sales nació el 21 de agosto de 1567 en el Castillo de Sales, ubicado en el ducado de Saboya y fue bautizado el 28 de agosto del mismo año.
Su padre, el marqués de Sales, deseaba que su hijo tuviera una alta posición social como todos los integrantes de su noble familia; por ello, Francisco inició sus estudios en humanidades con los jesuitas en el Colegio de Clermont, luego en Paris donde estudió Derecho Canónico y Civil y en la Universidad de Padua obtuvo un doctorado.
Dios le hizo un llamado y él respondió. Renunció a los títulos de nobleza que le correspondían y decidió ser sacerdote; tomó los ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola y fue consagrado por el obispo de Ginebra en 1583.
Después de haber sido rector del cabildo catedralicio y catedrático en distintos planteles universitarios, el obispo le encomendó que fuera a trabajar en la conversión de los seguidores de Juan Calvino, en Chablais, tarea a la que se dedicó entre 1594 y 1598.
Francisco de Sales era un hombre muy culto y hablaba francés, latín, hebreo y griego antiguo, y siempre mostró un especial interés por la obra de San Agustín y Santo Tomás de Aquino quien promovía el diálogo entre la fe y la razón.
Fueron años muy difíciles para la Iglesia. Lutero, por un lado, causaba un cisma en la Iglesia; Calvino seguía los mismos pasos, pero era más severo y con mayor rigor, y sus ideas comenzaban a extenderse en el ducado de Saboya; además, Enrique VIII se proclamaba Jefe de la Iglesia en Inglaterra y ante estos conflictos, el Papa Clemente VIII, hacía esfuerzos por mantener la fe de los creyentes en medio de una auténtica persecución de cristianos.
Francisco de Sales llegó a tener un atentado contra su vida; los protestantes habían prohibido escuchar sus sermones y lo difamaron, por eso, sus sermones los imprimía en hojas sueltas que echaba por debajo de las puertas de las casas y con esta táctica logró algunas conversiones e incluso, se reunió en secreto para dialogar con algunos seguidores de Calvino.
Él y su obispo eran considerados como de poca importancia porque tenía muy pocos fieles católicos, e incluso, Enrique IV de Francia le ofreció a Francisco de Sales una mejor plaza en su territorio, pero él rechazó argumentado que no se debía repudiar a una esposa pobre y cambiarla por una rica, sin embargo, también predicó en Chambrey, en Dijon, en Grenoble y en Paris, sobresaliendo en los ministerios como guía espiritual y predicador, y entre las personas a las que tocó el corazón con sus sermones durante la cuaresma, estuvo la baronesa Juana de Chantal, con quien fundó el Instituto de las visitadoras.
Después de tres años de trabajo entre los calvinistas, el obispo de Ginebra lo designó su coadjutor y más tarde, con el permiso del Papa, su sucesor, siendo su consagración episcopal el 8 de diciembre de 1602.
Él falleció en Lyón, Francia el 28 de diciembre de 1622. Fue beatificado por el Papa Alejandro VII en 1665 quien también lo canonizó el 19 de abril de 1665; luego, el papa Pío IX lo declaró Doctor de la Iglesia en 1877 y fijó su fiesta litúrgica para el 24 de enero.
Francisco de Sales fue uno de los mejores escritores de su tiempo siendo su obra maestra “Introducción a la vida devota”. Entre las obras que se conocen de Francisco de Sales están:
Hay algunas frases de este santo que se han vuelto muy famosas por la sabiduría que en cierran:
“No debemos corregir nunca dejándonos llevar de nuestros sentimientos, sino únicamente de nuestra caridad”
“Ten paciencia con todas las cosas, pero, sobre todo, contigo mismo.”
“Entretenerse en rebuscar defectos ajenos es indicio de no preocuparse de los propios”.
“Se aprende a hablar, hablando. A estudiar, estudiando. A trabajar, trabajando. De igual forma se aprende a amar, amando.”
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