¿Sientes preocupación, miedo o ansiedad?, ¿sientes que no hay paz en tu corazón y te cuesta trabajo encontrar una respuesta? No eres el único. De hecho, Jesús en varios momentos de su vida se sintió así, e incluso, se confrontó al diablo en el desierto, a donde acudió para tener un encuentro más cercano con su Padre Dios, a través del silencio y la oración.
Todos pasamos por nuestro propio desierto, y una forma de atravesarlo es con ayuda de un retiro espiritual, que nos permite poner una pausa en nuestra vida y tener nuestro propio encuentro con Dios para aligerar las cargas emocionales, renovarnos y seguir mejorando.
Un retiro espiritual es un encuentro con Dios, con uno mismo, con la familia, con la sociedad y con el mundo, a través de la oración y del silencio, de acuerdo con monseñor Pedro Agustín Rivera, encargado de la comisión de Liturgia y Espiritualidad de la Arquidiócesis Primada de México.
“Es una actividad que nos permite poner en pausa nuestra vida para reflexionar, meditar y acercarnos a Dios. De esta manera, descubrimos cuál es nuestro estado espiritual y emocional, una especie de fotografía”.
De acuerdo con monseñor Rivera, el retiro espiritual se puede escoger de acuerdo a nuestras necesidades: hay vocacionales, para solteros, casados, jóvenes, niños, adultos, religiosos, sacerdotes, entre otros.
Es una actividad que nos pide “tener perseverancia en la oración, estar dispuesto a corregir nuestros errores que veníamos realizando, ya que si tenemos resultados pobres en la vida o en lo que uno hace, y se sigue haciendo lo mismo, las cosas seguirán igual; pero si nos damos una oportunidad de mente y de acción, se notarán los cambios”, dice monseñor Rivera en entrevista con Desde la fe.
El paso de Jesús en el desierto durante 40 días para hablar con Dios Padre en silencio y orando, fue la forma en la que se preparó para iniciar su vida pública. Para monseñor Rivera, este suceso es el inicio de los retiros. “Un retiro espiritual es un momento que te cambia la vida”, como se la cambió a Jesús.
Uno de los más grandes referentes de los retiros espirituales es San Ignacio de Loyola, quien descubrió su amor por la oración tras quedar incapacitado durante varios meses a causa de una herida de bala en una batalla en el siglo XVI.
A partir de ese momento, dedicó su vida al servicio por los demás y a profundizar en la importancia de la oración. Así fue como escribió un texto que a la fecha es utilizado como base para un retiro: Los Ejercicios Espirituales.
“El esquema ignaciano propone, por medio del silencio, descubrir, reflexionar y salir renovado; poner en práctica lo que Dios pidió en este silencio”, asegura monseñor. Los Ejercicios Espirituales son un libro de meditaciones católicas, oraciones y actividades, diseñados originalmente para hacerse en 30 días, sin embargo, esto no es una regla para un retiro.
Asegura que no todos los retiros espirituales son de silencio, pero sí deben contemplar momentos para interiorizar y mejorar a favor de la persona.
Pueden durar una o varias horas, una mañana o una tarde, días o semanas; lo importante es el tiempo que uno le dedique para dialogar con Dios e interiorizar con uno mismo.
En estos espacios, los participantes aprenden ideas y conceptos, con el fin de saber cuál es nuestra misión y para qué estamos aquí.
Los retiros se llevan a cabo en un lugar en el que los participantes estén aislados de su cotidianeidad, puede ser en iglesias o en casas de retiros especializadas.
“El mejor retiro es el que le convenga a la persona que lo quiere tomar, no importa si es en un cuarto de su casa. Cuando el señor Jesús nos invita a orar, nos dice: ‘entra a tu cuarto, entra en tu corazón’. Dios que ve lo secreto te escucha”, dice monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz.
Un retiro espiritual no será la solución definitiva a un problema; es una herramienta para cambiar tu vida. Por ello, el experto recomienda darle continuidad al retiro, hacer oración, vivir los sacramentos, creer que Dios te ama y seguir el encuentro con Dios.
1. Si lo estás pensando, ¡búscalo! esta es la señal que estabas esperando. Todos necesitamos de pronto poner freno y darnos un break. ¡No te arrepentirás!
2. Cuando ya sepas a cuál quieres ir decídete, agenda y acomódalo todo para ir. Siempre encontrarás excusas para no hacerlo, pero hacerlo, será un parteaguas en tu vida.
3. Revisa tus pendientes. Antes de ir, deja todo lo más “listo posible” para que no estés distraído durante el retiro pensando en “todo lo que dejaste”.
4. Prepárate! busca ropa cómoda, un cuaderno para anotar, ve pensando algunas faltas que has tenido desde tu última confesión y busca confesarte. La confesión abrirá muchas puertas para poder recibir regalos que Dios te dará en el retiro.
5. Emociónate! Ve contenta el día del retiro, como quien irá a encontrarse con un amigo con el que hace mucho no compartes. Jesús te ha estado esperando y ¡este es el momento!
Recuerda, encontrarnos con Dios que nos ama profundamente desde y para siempre, es iniciativa sobre todo de Él. Jesús te espera con gran alegría y los brazos abiertos para demostrarte el deseo profundo que tiene de estar para siempre contigo. Él lo acomodará todo porque es el más interesado en este reencuentro.
Y aunque en esta ocasión decidieras no buscar o vivir el retiro, ten en mente que Dios va a luchar hasta el último día de tu vida por tu amor.
Para buscar el mejor retiro espiritual que se adapte a las circunstancias de la vida y a mejorar tu encuentro con Dios, monseñor Pedro Agustín recomienda preguntar en tu parroquia más cercana.
Debes saber que hay una gran gama de tipos de retiros espirituales. Para escoger el ideal para ti, pregúntate para qué lo quieres, cómo lo quieres, revisa tu tiempo y tus recursos, pues hay desde un día de duración hasta un mes, averigua a quién va dirigido y busca uno de acuerdo a tus experiencias espirituales.
Te recomendamos revisar en la siguiente lista:
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• Si quieres organizar un retiro para tu grupo o institución, los Misioneros del Espíritu Santo te apoyarán con herramientas necesarias y novedosas.
•La Pastoral Juvenil Vocacional de la Arquidiócesis de México acompaña y forma a los jóvenes con la palabra de Dios y a estar al servicio de los demás, por otra parte ofrece misiones de Semana Santa.
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