El solideo es una prenda que, de acuerdo al color, denota un cargo dentro de la estructura de la Iglesia. Foto Miguel Ávila.
Seguramente has visto que el Papa Francisco siempre lleva sobre su cabeza una prenda de seda que asemeja una pequeña gorra de color blanco, pues bien, ese artículo se llama solideo, ¿pero, sabías que ese solideo tiene un significado muy importante dentro de la Iglesia Católica y que además los hay en varios colores?
El solideo, cuyo nombre surge de la expresión latina soli Deo, que significa “para Dios solo”, es una prenda eclesiástica que se asemeja a una pequeña gorra o calota, utilizada principalmente por el Papa y aquellos clérigos que ocupan un cargo relevante en la Iglesia Católica, como los cardenales y los obispos, aunque también hay casos en los que los sacerdotes lo pueden usar.
Normalmente el solideo, cuyo nombre oficial es pileolus (pileolo) se coloca para cubrir la coronilla de quienes lo usan y generalmente se lo retiran cuando están ante el sagrario, ante la presencia de Dios. Por lo tanto, esta prenda tiene un significado simbólico y funcional dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica.
El solideo tiene tres funciones relevantes en la Iglesia Católica:
Dentro de la jerarquía católica, el uso del solideo es una forma de determinar el cargo y la responsabilidad que tienen los clérigos como pastores del pueblo de Dios.
Los diferentes colores del solideo determinan el rango eclesiástico del portador y la importancia que tienen dentro de la jerarquía de la Iglesia. Así, los colores son:
De esta manera, si bien es cierto que el solideo es una prenda que no tiene un valor estético, sí está cargada de un significado teológico y eclesiástico, ya que su uso y colores reflejan la estructura jerárquica de la Iglesia Católica y destacan la importancia de la autoridad y el servicio en el ministerio eclesial.
En marzo de 2017 el Papa Francisco se encontraba en la Plaza de San Pedro saludando a los fieles que se reunieron para asistir a su Audiencia General de los Miércoles y de pronto se acercó a saludar a un grupo de personas quienes de inmediato le llevaron a una pequeña de tres años de nombre Estella Westric para que lo saludara.
Cuando el Santo Padre le daba un beso en la mejilla mientras era cargada, en un movimiento rápido que no le llevó más de 1 segundo la niña le quitó su solideo ante la sorpresa y espontánea carcajada del Papa, que de inmediato lo recuperó para volver a colocárselo sobre su coronilla, ante la risa de los presentes.
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