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¿Qué es el diálogo interreligioso?

El diálogo interreligioso

El dialogo interreligioso se promueve entre las distintas confesiones a fin de buscar un mayor entendimiento, el bienestar social y sobre todo, la paz.

¿Cuál es el origen del diálogo interreligioso?

El origen del diálogo interreligioso es muy antiguo, y uno de los principales exponentes es San Pablo, quien, por ejemplo, en la reunión que tuvo en el areópago de Atenas cuando predicó en medio de gente culta (Hechos 17; 1-22) dijo: “he encontrado un altar que tiene escritas estas palabras: Al Dios desconocido. Pues bien, de ese Dios que ustedes adoran sin conocerles de quien yo les hablo”.

¿Qué religiones están en el diálogo?

De acuerdo con el Atlas Mundial de las religiones, en el mundo hay 1 965 993 mil cristianos; 1 179 326 mil musulmanes; 767 423 mil hinduistas; 766 672 mil personas sin religión; 356 875 mil budistas; 244 164 mil personas que profesan religiones triviales; 22 874 mil sijs; 20 050 mil taoístas; 15 050 mil judíos; 3 571 mil sintoístas, además de miles de confucianos, jainas, y zoroástricos.

¿Cómo promueve la Iglesia católica el diálogo interreligioso?

Hay por lo menos 5 acciones para promover el diálogo interreligioso

Coincidiendo con la fiesta litúrgica de la conversión de San Pablo, la Iglesia dedica una semana de oración por la unidad de los cristianos.

El Movimiento de los Focolares, que fundo la beata Chiara Lubich durante la postguerra, y que se dedica a promover la fraternidad universal y el diálogo con culturas y religiones no cristianas. Está presente en 182 países y cuanta con más de 140 animadores a nivel mundial.

El encuentro interreligioso de Asís que fundó san Juan Pablo II, y al cual asisten líderes religiosos de distintas confesiones.

Prácticamente todas las conferencias episcopales del mundo, cuentan con una Comisión especializada en el diálogo interreligioso.

En todos los viajes pontificios al exterior, el Santo Padre se reúne con el cuerpo diplomático y con líderes de distintas religiones.

El diálogo interreligioso en la Biblia

Pentecostés fue un parteaguas para la Iglesia porque desde aquel día los apóstoles comenzaron a hablar en otras lenguas el evangelio (Hechos 2; 1-4)” y así, la naciente Iglesia se convirtió en misionera, y los primeros no judíos comenzaron a escuchar los testimonios de la resurrección de Cristo. Entre los oyentes había gente de “Partia, de Media, de Elam, de Mesopotamia, de Judea, de Capadocia, del Ponto y de la provincia de Asia, de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene… también algunos de Roma… de Creta y de Arabia (Hechos 2; 9-11)”.

Fue San Pablo de Tarso, un hombre letrado, judío pero ciudadano romano, el señalado por Jesús para predicar en tierra de los gentiles, es decir, entre quienes no pertenecían al pueblo de Israel, y así, en cuatro largos viajes, San Pablo estaría predicando en Turquía, Siria, Chipre, Grecia, Roma y tenía la intención de viajar hasta España.

Documentos de la Iglesia sobre diálogo interreligioso

El más importante documento de la Iglesia católica es producto del Concilio Vaticano II y se llama Nostra Aetate, mediante el cual, la iglesia fija su postura con las demás religiones. Sin embargo, Paulo VI en 1964 creó el Secretariado para los no cristianos, y Juan Pablo II en 1988 creó el Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso con la Constitución Apostólica Pastor Bonus, y Benedicto XVI en 2006, a raíz del Encuentro de Asís, expresó que este evento bus la paz y no un sincretismo religioso. El Papa Francisco a partir de Evangelium Gausium se refirió al evangelio y a la importancia del diálogo interreligioso.

Diferencia entre diálogo interreligioso y ecumenismo

El diálogo interreligioso ocurre entre personas de credos muy distintos, como el budismo, el judaísmo, el islam y el cristianismo, y el ecuménico, entre los seguidores de Jesucristo, no obstante, hay diferencias como entre los luteranos, los anglicanos y los católicos romanos. Encuentros ecuménicos como los llevados al cabo en la comunidad de Taize, que fundó el Hermano Roger, han demostrado que es posible la convivencia armónica entre todos los grupos.

San Juan Pablo II propició el diálogo interreligioso, y rezó en la gran sinagoga de Roma y en el Jubileo del 2000, frente al Muro de los Lamentos en Israel; también fue el primer pontífice en orar en una mezquita, concretamente en Damasco, Siria, en 2001; recibió al Dalai Lama, e iniciaron las jornadas ecuménicas de Asís en 1986, entre otras actividades.

Siguiendo sus pasos, Benedicto XVI rezó en la Mezquita Azul de Estambul, durante su viaje a Turquía en 2006, misma que también la visitó el Papa Francisco en 2014, lo que lo convirtió en el cuarto pontífice en rezar en una mezquita.

Si bien es cierto que el discurso que Benedicto XVI pronunció en la Universidad de Ratisbona, Alemania, fue mal interpretado por grupos islámicos y creó conflictos con algunos grupos de musulmanes, el malentendido se aclaró y el propio Papa, desde el Vaticano, dijo que no había sido su intención ofender a nadie y pidió disculpas.

El Papa alemán también continuó con la línea de Asís, e incluso, invitó a ellas a cuatro agnósticos, uno de ellos mexicano, el filósofo Guillermo Hurtado, de 49 años, miembro del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. Estas reuniones tuvieron por nombre Jornada de Reflexión, Diálogo y Oración por la Paz y la Justicia en el Mundo.

Por parte de la Iglesia Anglicana han destacado en materia de ecumenismo el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien varias veces estuvo en Vaticano al lado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, además hay otros personajes como Robert Gardiner, el teólogo Yves Congar, el hermano Roger Schutz, fundador de la Comunidad ecuménica de Taizé, en Francia, que por medio de la oración pretende unir a la comunidad por encima de las diferencias litúrgicas; la Sierva de Dios Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares quien comprendió la necesidad del diálogo interreligioso tras vivir la amarga experiencia de la II Guerra Mundial; el patriarca Atenágoras y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé, entre otros.

Las reuniones de Asís y Benedicto XVI

Cuando el cardenal Joseph Ratzinger se desempeñaba como Prefecto de la Doctrina de la Fe, prologó el documento “Dominus Iesus”, emanado de su gestión, en el que traza diferencias entre fraternidad y hermandad, y entre otras cosas plantea que para la Iglesia, todos los hombres necesitan ser salvados y sólo Jesucristo puede ser su Señor y Salvador.

Frente a las reuniones ecuménicas de Asís, Benedicto XVI señalaba: “una cosa es trabajar por la paz y el bienestar humano con personas de otras religiones, y otra muy distinta que la Iglesia no apoya, es decir que todas las religiones valen lo mismo o son igualmente verdaderas.” El 4 de marzo de 2011, Benedicto XVI se remitió a su documento “Dominus Iesus” al comentar con un amigo luterano alemán, Peter Beyerhaus, el peligro de sincretismo en un acto así:

“Comprendo muy bien su preocupación respecto a la participación en el encuentro de Asís. Pero esta conmemoración debía ser festejada de todos modos y, después de todo, me pareció lo mejor ir personalmente, para poder intentar de ese modo determinar la dirección de todo el evento. Haré de todo para que sea imposible una interpretación sincretista o relativista del evento, y para que quede firme que siempre creeré y confesaré lo que había reclamado a la atención de la Iglesia con la ‘Dominus Iesus’”.

También el cardenal Raymond Leo Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, previno sobre un tratamiento informativo incorrecto por parte de los periodistas:

“No son pocos los riesgos que un encuentro de este tipo puede suscitar respecto a la comunicación mediática masiva del acontecimiento del que, como es claro, el pontífice es bien consciente. Los medios de comunicación masivos dirán, aunque solamente con las imágenes, que todas las religiones se han reunido para orar a Dios por la paz. Un cristiano poco formado en la fe puede extraer la conclusión gravemente errónea que una religión vale tanto como la otra y que Jesucristo es uno de los tantos mediadores para la salvación”.

Por ello, en la reunión de Asís durante el pontificado de Benedicto XVI, hubo gestos simbólicos como la entrega a cada representante de una luz que significa la paz, pero no oración común, aunque Benedicto XVI, el superior de los franciscanos y los líderes cristianos ortodoxos tuvieron ocasión de rezar ante la tumba de San Francisco. Los participantes contaron también con una hora y media de silencio y tranquilidad, cada uno en una sala de la hospedería de Asís, para rezar, reflexionar o meditar… cada uno, según su voluntad individual.

En esta reunión conocida como Asís III, Benedicto XVI se anticipó de manera profética a los actuales sucesos que protagoniza Estado Islámico, y denunció el terrorismo religioso. “Sabemos que a veces el terrorismo tiene motivación religiosa y precisamente el carácter religioso de los ataques sirve de justificación para la crueldad implacable, que cree poder relegar las reglas del derecho a favor del bien buscado…”

En este sentido, Benedicto XVI retomó el mea culpa que reconoció Juan Pablo II en el Jubileo del 2000, y señaló: “Como cristiano les diré: sí, en la historia recurrimos a la violencia a nombre de la fe cristiana. Lo reconocemos con vergüenza, llenos de vergüenza. Eso fue una utilización abusiva de la fe cristiana, en oposición evidente con la verdadera naturaleza”.

A partir de Asís III, Benedicto XVI creó una comisión para que de manera itinerante en varios países, se promoviera el diálogo entre la fe y la razón.

Carlos Villa Roiz

Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio.

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