Hay quienes aseguran que la frase "Habemus papam" está inspirada en el Evangelio de San Lucas 2;10–11. Foto: Especial
Al verse el humo blanco desde lo alto de la Capilla Sixtina, pasarán de 30 a 45 minutos para que desde el balcón central de la Basílica de San Pedro en el Vaticano escuchemos la emblemática frase: “¡Habemus papam!”.
“Habemus papam” proviene del latín -lengua indoeuropea, originaria del Lacio, que hablaban los antiguos romanos y de la cual derivan las lenguas romances- y se traduce como “¡Tenemos papa!”, aunque no se encuentra en un texto oficial específico de la Iglesia Católica, como el Código de Derecho Canónico o los rituales litúrgicos. Sin embargo, su uso está establecido en la práctica del cónclave y en la tradición del anuncio de la elección del nuevo pontífice desde 1417.
Algunos aseguran que la frase “Habemus papam” está inspirada en el Evangelio de San Lucas 2:10–11, donde se hace referencia a la anunciación del nacimiento de Jesús a los pastores. La interpretación simbólica relaciona la alegría y la proclamación de un nuevo liderazgo, aunque no es una fuente directa del término.
Según el libro Nueva Historia Breve de la Iglesia Católica, del historiador jesuita y profesor Norman Tanner, la adopción de esta frase se remonta a la elección de Martín V en 1417. En ese contexto, al menos tres aspirantes reclamaban la Sede de Pedro: Gregorio XII, de la línea romana, quien aceptó renunciar en julio; Juan XXIII, que también abdicó bajo presión; y Benedicto XIII, de la línea de Aviñón, quien se negó a dimitir y fue depuesto por el concilio. Esto allanó el camino para una nueva elección y, en noviembre de 1417, Oddo Colonna fue elegido papa, adoptando el nombre de Martín V.
Se dice que la sensación de alivio por haber puesto fin a un cisma inspiró la expresión: “¡Por fin… tenemos Papa!”.
Lo que es seguro, es que “Habemus papam” es una expresión tradicional que marca el inicio del pontificado de un nuevo papa, simbolizando la unidad y continuidad de la Iglesia Católica.
La responsabilidad de pronunciar esta histórica frase recae en el Cardenal Protodiácono, según el Código de Derecho Canónico, en el canon 355. Este canon establece que el cardenal diácono de mayor antigüedad en ordenación dentro del Colegio Cardenalicio será el encargado de anunciar la elección del nuevo Papa al pueblo. En esta ocasión, el cardenal Dominique Mamberti será quien realice el anuncio.
Aunque el canon no especifica la fórmula exacta, la tradición establece que el cardenal protodiácono pronuncie las palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus papam”, que se traducen como “Anuncio una gran alegría: ¡tenemos papa!”. Tras el anuncio, el nuevo pontífice se presenta ante los fieles, ofrece su primer discurso y otorga su primera bendición apostólica Urbi et Orbi.
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