¿Es correcto elevar las manos cuando se reza el Padre Nuestro? Parece una pregunta sencilla, pero en realidad la respuesta es más bien compleja.
Se trata de un tema interesante, pues la Instrucción General del Misal Romano no da una respuesta contundente. En el número 152, dice expresamente:
“Terminada Plegaria Eucarística, el sacerdote con las manos juntas, dice la monición antes de la Oración del Señor (Padre Nuestro); luego, con las manos extendidas, dice la Oración del Señor juntamente con el pueblo”.
Aunque la Instrucción nunca prohíbe que los fieles repliquen la acción del sacerdote, es importante señalar que tampoco los instruye a hacerlo. Además, el documento señala que los gestos y posturas corporales de todos los que participen en la Misa deben tender a que la celebración resplandezca por el noble decoro y por su sencillez.
En el punto siguiente, especifica que las Conferencias Episcopales pueden adaptar “los gestos y las posturas descritos en el Ordinario de la Misa a la índole y a las tradiciones razonables de los pueblos, según la norma del derecho”. Siguiendo esta instrucción, podemos decir que en el Rito Romano, el gesto de extender las manos siempre ha sido considerado sacerdotal; por ello, se recomienda a los fieles, en lugar de extender las manos imitando al sacerdote, unirlas en gesto de oración.
No obstante, en un reciente artículo el padre Salvador Barba, quien ha sido responsable de Pastoral Litúrgica en la Arquidiócesis Primada de México, aseguró que, más allá de la polémica y las recomendaciones, “personalmente, no veo nada malo ni incorrecto que los fieles laicos eleven sus manos al recitar personal o comunitariamente el Padrenuestro”.
“Si el signo de levantar las manos en el Padre Nuestro, como un signo de súplica, rompe la comunión eclesial de la celebración comunitaria, entonces la autoridad de la Iglesia lo dirá, pero hasta el momento yo no he escuchado que esté prohibido por ser algo incorrecto”.
“Resumiendo, desde mi humilde experiencia de 33 años de sacerdote y de ser colaborador cercano en las celebraciones arzobispales, no veo que esté mal, ni que sea incorrecto elevar nuestra oración a Dios ‘imitando al sacerdote’ con el gesto de elevar las manos, al recitar el Padre Nuestro. Recordemos, cada que asistimos a las celebraciones de los Sacramentos es para celebrar, no para criticar”, finalizó.
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