El Padrenuestro es la oración por excelencia de los cristianos. El hecho de que se rece dentro de la Misa le ayuda a unir la escucha de la Palabra y la recepción del Banquete Pascual con su vida diaria. A continuación, te damos la explicación del Padrenuestro, frase por frase.
Podemos invocar a Dios como nuestro “Padre” porque hemos sido creados hijos en el Hijo. Jesús es quién nos ha revelado el Rostro amoroso de Dios -que antes que nada es Padre- y gracias a la acción del Espíritu Santo lo podemos invocar como “Abba”, es decir, como Padre.
Es una expresión que no indica un lugar, sino la divinidad y la majestad del Padre que a pesar de pertenecer al cielo, siempre está con nosotros en la tierra.
1. Santificado sea tu nombre:
Primera solicitud en la que pedimos el reconocimiento y la adoración de Dios, quien es el único Santo, por el que recibimos la salvación y la santificación, y junto con nosotros, toda la creación. Santificar el nombre de Dios es tomar conciencia de que todas nuestras acciones y palabras deben bendecir al Padre de Bondad.
2.Venga a nosotros tu reino:
El reino de Dios está en medio de nosotros, se ha hecho presente en Jesucristo, a quien se anunció en el Evangelio y de quien seremos partícipes cuando recibamos su Cuerpo. Es también el grito de “Ven Señor Jesús”, la venida final y triunfante del Señor y la instauración definitiva del Reino de Dios.
3. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo:
En esta petición rogamos al Padre que una nuestra voluntad con la del Hijo para realizar su plan de salvación.
4. Danos hoy nuestro pan de cada día:
Con esta petición expresamos nuestra confianza de hijos de Dios, pidiendo que nos alimente del Pan de su Palabra y de la Eucaristía.
5. Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden: imploramos la misericordia de Dios, la cual no puede penetrar en nuestro corazón si no hemos aprendido a perdonar a nuestros hermanos.
6. No nos dejes caer en tentación:
Pedimos a Dios que no nos permita tomar el camino que conduce al pecado. Es implorar al Espíritu Santo para que nos dé fuerza y perseverancia en el amor de Cristo.
7. Líbranos del mal:
Última petición en la que el cristiano pide a Dios con la Iglesia que manifieste la victoria, ya conquistada por Cristo, sobre Satanás, quien se opone a Dios y a su plan de salvación.
Amén: Con el Amén final expresamos nuestro “fiat” (hágase) respecto a las siete peticiones.
Leer más: Padre nuestro: ¿por qué es la oración más poderosa?
En Misa, después del Padrenuestro, el sacerdote ora haciendo una especial referencia a sus dos últimas peticiones: “que nos libre de todo mal y nos conceda la paz”, seguida de una aclamación llena de fervor a Cristo nuestro Salvador: “Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor”.
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