La reliquia de la cuna de Jesús se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor.
Comúnmente, quien se entera de que existe un lugar en el que se encuentra un relicario con los fragmentos del pesebre de madera que sirvió como cuna al Niño Jesús recién nacido, se hace en automático algunas preguntas como las siguientes: ¿existen realmente fragmentos de dicho pesebre?, ¿quién los encontró? o ¿cómo llegaron hasta ese sitio?
El lugar en el que se halla ese relicario es la Basílica de Santa María la Mayor (en Roma), un recinto en el que se encuentra también la tumba de san Jerónimo, quien tradujo la Biblia al latín, una versión conocida como Vulgata; así como la tumba del famoso escultor Gian Lorenzo Bernini, quien hizo la Plaza de san Pedro.
La Basílica de Santa María la Mayor es un recinto muy importante para el cristianismo no sólo por lo que alberga, sino porque es la Iglesia más importante dedicada a la Virgen María, y por su riqueza histórica, arquitectónica y artística. Es una de las cuatro basílicas mayores de Roma, está embellecida con hermosos mosaicos y conserva el esquema de las basílicas antiguas. Pero… ¿qué tan cierto es que ahí están los fragmentos de madera del pesebre que sirvió de cuna a Jesús?
Lo que se sabe es que en el año 432, el Papa Sixto III decidió hacer al interior de la primitiva Basílica de Santa María la Mayor la llamada “gruta de la Natividad”, similar a la de Belén. La iglesia adoptó entonces el nombre de Santa Maria adpraesepem, expresión en latín que significa “Santa María del pesebre”. Y ya en 1797, el arquitecto italiano Giuseppe Valadier elaboró el relicario de plata en el que se depositarían los fragmentos de madera que hoy los fieles suelen venerar.
Pero, ¿se ha comprobado ya que esos trozos de madera corresponden al pesebre aquel?; o bien, si no se ha demostrado esto, ¿por qué se veneran como reliquia unos fragmentos de madera que nadie ha podido demostrar que corresponden al pesebre que arrulló a Jesús hace dos milenios, y que hoy se encuentra bajo el Altar Mayor de dicho recinto?
Para el padre José de Jesús Aguilar, sacerdote de la Arquidiócesis de México, es difícil asegurar que se trata de los fragmentos del pesebre donde se recostó al Niño Jesús. “Lo más probable -explica-, es que esos trozos se hayan llevado a tocar el lugar de su nacimiento, en Belén, convirtiéndose así en reliquias de tercer grado.
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