En septiembre de 1997, en un país con una escasa población católica como la india, la Madre Teresa de Calcuta fue sepultada tras recibir un funeral llevado a cabo con los honores propios de un jefe de Estado, debido a la importancia de su figura a nivel mundial.
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Nacida el 26 de agosto de 1910 en el seno de una familia católica, en la actual Macedonia, Agnes Gonxha Bojaxhiu sintió desde la primera etapa de su niñez la vocación misionera. Siendo apenas una adolescente, ingresó a la Congregación de las Hijas de María, donde comenzó a desarrollar el servicio a los más necesitados.
A los 18 años se trasladó a la capital irlandesa para profesar en la Congregación de Nuestra Señora de Loreto. Posteriormente, ya que quería ser misionera en la India, embarcó hacia la región de Bengala, situada al noreste de dicho país, donde eligió llevar el nombre de Teresa por Santa Teresa de Lisieux.
Apenas hizo sus votos, se mudó a Calcuta, una de las ciudades más pobres de la India, donde comenzó a realizar una loable labor en favor de los más necesitados. En 1950, año en que adoptó la nacionalidad india, fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad, que pronto comenzó a crecer en número de integrantes y a extenderse a múltiples naciones.
Reconocida mundialmente por su labor humanitaria, en 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz, y un año más tarde fue condecorada con el galardón Bharat Ratna, el más alto concedido a una persona por las autoridades civiles de la India.
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Ya en la década de los 80, aunque mantuvo su habitual dinamismo en la lucha por mitigar el dolor ajeno, su salud comenzó a degradar. En 1993 contrajo la malaria en Nueva Delhi, enfermedad que se complicó con sus padecimientos cardíacos y pulmonares. Cuatro años más tarde falleció.
Un carro de artillería -el mismo en el que fueron trasladados los restos de Mahatma Gandhi-, conducido a 10 kilómetros por hora, trasladó esta vez el cuerpo de la Madre Teresa de Calcuta, cubierto con la bandera de la India.
El avance de dicho carro militar fue seguido por un enorme contingente de personas sin recursos, enfermas o mutiladas, hasta un estadio de futbol con capacidad para 15 mil personas, donde se realizó su funeral con honores militares y en un clima multiconfesional.
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Posteriormente, el cuerpo de la Madre Teresa de Calcuta fue trasladado a la sede de las Misioneras de la Caridad (en Calcuta) para ser sepultado en su morada final.
Se encuentra en la ciudad de Calcuta -capital del estado de Bengala Occidental de la India-, dentro de la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad, ubicada en el 54-A de la calle A.J.C. Bose.
Miles de personas visitan cada año el lugar donde descansan los restos de la Madre Teresa, en medio del singular bullicio de la ciudad. Y es que ahí fue donde ella quiso ser sepultada, en esa casa desde la que prodigó, durante 45 años, atención a los pobres, enfermos, huérfanos y moribundos.
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