Así se celebrarán los bautismos durante la pandemia de COVID-19

Una vez que las autoridades sanitarias indiquen que los fieles pueden regresar a los templos gradualmente para celebrar y vivir su fe, los sacerdotes también comenzarán a celebrar bautismos; sin embargo, debido a que aún debemos tomar medidas sanitarias para prevenir el contagio de coronavirus COVID-19, habrá cambios temporales en cuanto al rito del Sacramento del Bautismo, el primero de los tres que corresponden a la iniciación cristiana.

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¿Cómo se realizará el Sacramento del Bautismo en tiempos de COVID-19?

En la apertura gradual de los templos, la asistencia de los fieles se mantendrá en un aforo limitado, que corresponde a la tercera parte de la capacidad de la iglesia, de acuerdo con las Orientaciones Litúrgicas de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Y para la celebración del Sacramento del Bautismo, en particular –además de que el ministro  debe guardar una distancia conveniente del bautizando, los padres y padrinos–, la CEM propone lo siguiente:

Rito de acogida: el celebrante hará el signo de la cruz sobre el (los) bautizando(s), pero sin contacto físico (tal como se haría en el Bautismo para un gran número de niños); los papás y padrinos, por su parte, pueden hacer la señal de la cruz sobre la frente del niño, según la prudencia, o trazar sólo la cruz sobre él.

El óleo: Después del exorcismo, el celebrante puede omitir la unción con el Óleo de los Catecúmenos, mientras que la imposición de las manos sobre el (los) bautizando(s) sería sin contacto físico.

El Bautismo: se utilizará una jarra, en la cual se bendecirá el agua, que posteriormente se derramará tres veces sobre la cabeza del niño. Después de terminada la celebración, esta agua será vertida inmediatamente en la tierra (no en el drenaje). Se omite definitivamente el Bautismo por inmersión.

La unción: También el celebrante puede omitir la unción con el Santo Crisma. Si el obispo diocesano considera oportuno conservar esta unción , entonces se realizará portando guantes desechables de vinil o nitrilo; o bien, usando gel antibacterial, inmediatamente antes y después de la unción.

Effetá: La CEM sugiere omitir este rito, en el que el sacerdote traza la señal de la cruz tocando los oídos y los labios de los niños para que puedan escuchar la Palabra de Dios y profesar su fe.

La Arquidiócesis Primada de México, en línea con estas orientaciones, publicó también sus “Orientaciones y criterios para el retorno gradual de las iglesias“, en las cuales, además de las medidas anteriores, establece una asistencia limitada de los familiares a la celebración. También, en caso de emergencia, pide a los sacerdotes considerar la posibilidad de acudir al rito abreviado.

Además de estas indicaciones, es importante señalar que, en todo momento y como en todas las celebraciones litúrgicas en los templos de la Arquidiócesis de México, los asistentes deberá atender las medidas reglamentarias para todas las iglesias; es decir, al entrar, deberán portar cubrebocas, dejarse medir la temperatura y desinfectarse las manos con gel antibacterial.

Dentro del templo, deberán guardar una sana distancia de al menos 1.5 metros; ocupar los lugares señalados, y respetar las indicaciones particulares que dé el ministro que celebre el Sacramento.

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