Seguramente en más de una ocasión alguien te ha deseado “buenas vibras” o has escuchado decir que alguien tiene “mala vibra”, expresiones que se han vuelto bastante comunes en las conversaciones cotidianas. Pero, ¿te has puesto a pensar si realmente existen estas ‘vibras’ positivas o negativas?
Para salir de dudas, hemos consultado al sacerdote Alberto Medel, miembro del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis Primada de México.
“Hablar de las ‘buenas vibras’ o de las ‘malas vibras’, es una manera en que las personas verbalizamos sensaciones, emociones, influjos naturales que tenemos en nuestra vida respecto a los sentimientos de otros”.
“Muchos suelen usar esta expresión simplemente cuando no encuentran la palabra precisa y que de manera muy genérica y muy coloquial, la designan de esa manera”.
Esta primera interpretación, agregó el presbítero, suele ser la más común y muchas personas la suelen utilizar para decir que alguien nos cae bien o nos cae mal.
Las ciencias físicas, aseguró el padre Medel, nos explican con claridad que no existen las vibras espirituales o sobrenaturales que pudieran tener un influjo real sobre nosotros.
“El ser humano está compuesto de alma y cuerpo y, dentro de la parte corporal, sí podemos hablar de vibras que no son ni buenas ni malas, sino que son fenómenos de la naturaleza.
“La misma ciencia nos puede decir a qué nos referimos con ese tipo de cosas y eso no tiene que ver ni con la conducta, ni con la buena o la mala suerte, ni con el futuro, ni nada por el estilo. Estamos hablando literalmente de fenómenos físicos que la física nos puede ayudar a comprender”.
En el plano espiritual tampoco existen las vibras positivas o negativas, explicó el sacerdote.
“El único influjo sobrenatural que tenemos en nuestras vidas es el influjo de la gracia (…) Es una es un regalo de Dios que nos da de manera particular a través de los sacramentos y por lo tanto si el señor los participa de su gracia a través de los sacramentos, pues no es a través de ningún tipo de vibra”.
El padre Medel insistió en que, si Dios quiere actuar en nosotros no lo hará a través de ninguna vibra.
“Él tiene un poder sobrenatural y por lo tanto Dios tiene formas desconocidas a nosotros para intervenir en nuestra vida y aunque Dios puede intervenir en nuestra vida, pues no lo hace de manera violenta ni mucho menos suprimiendo las leyes de la naturaleza”.
Así como Dios no actúa por medio de ‘buenas vibras’, el demonio tampoco tiene poder sobre las ‘malas vibras’, puesto que no tiene ningún poder sobre el hombre o la naturaleza, excepto aquel que Dios le permite a través de una acción extraordinaria.
“Se puede hablar de las buenas vibras y de las malas vibras de manera coloquial como una simple manera de hablar, pero de eso a creer que de verdad hay una especie de fuerza sobrenatural que influye en nuestra vida o que puede salir de nosotros para influir la vida de otro, pues no tiene ningún sentido”.
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