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Adviento 2025: calendario, lecturas y oraciones para cada domingo

Actualización 12-11-2025: Este artículo ha sido actualizado para incluir información más reciente sobre el Adviento 2025.

El Adviento 2025 comenzará el domingo 30 de noviembre y concluirá el 24 de diciembre, víspera de la Navidad. Este periodo marca el inicio del año litúrgico para la Iglesia Católica y es un tiempo de esperanza, reflexión y preparación espiritual para recibir al Niño Dios.

Durante cuatro domingos, los fieles se preparan para celebrar el nacimiento de Jesucristo a través de la oración, la caridad, la reconciliación y la meditación de la Palabra de Dios.

¿Qué es el Adviento y qué significa?

La palabra Adviento proviene del latín adventus Redemptoris, que significa “Venida del Redentor”. Es el tiempo en que la Iglesia se dispone a acoger a Cristo que viene, recordando su nacimiento en Belén, reconociendo su presencia constante en medio de nosotros y esperando su retorno glorioso al final de los tiempos.

Así como la Cuaresma prepara para la Pascua, el Adviento prepara para la Navidad. Es un tiempo que invita a mirar hacia adentro, a fortalecer la fe y a abrir el corazón para recibir al Señor. En este periodo, los sacerdotes visten de color morado, signo de penitencia y conversión, excepto el Tercer Domingo, en el que se usa el color rosa como expresión de alegría porque la venida del Salvador está cerca.

¿Cuándo son los domingos de Adviento 2025?

  • Primer domingo de Adviento: 30 de noviembre 2025
  • Segundo domingo de Adviento: 7 de diciembre 2025
  • Tercer domingo de Adviento: 14 de diciembre 2025
  • Cuarto domingo de Adviento: 21 de diciembre 2025

ÍNDICE TEMÁTICO
¿Qué es el Adviento?
¿En qué orden se encienden las velas de la Corona de Adviento?
Lecturas bíblicas para cada domingo de Adviento
Oraciones para cada domingo de adviento

¿Qué significan los 4 domingos de Adviento?

Cada uno de los cuatro domingos de Adviento representa una etapa en el camino hacia la Navidad, marcada por el encendido progresivo de las velas de la Corona de Adviento.

Este signo nos recuerda que Cristo es la Luz del mundo que disipa las tinieblas del pecado y nos guía hacia la salvación.

¿Cuáles son los 4 temas del Adviento?

Cada domingo de Adviento tiene un tema espiritual que orienta la vivencia de este tiempo y se refleja también en la Corona de Adviento:

Primer Domingo – Esperanza: Nos recuerda la promesa de la venida del Mesías y nos invita a mantener viva la confianza en Dios.

Segundo Domingo – Paz: Nos llama a reconciliarnos con el Señor y con los demás, preparando un camino de armonía interior.

Tercer Domingo – Alegría: Conocido como Domingo Gaudete, celebra la cercanía del nacimiento de Jesús y el gozo de su presencia.

Cuarto Domingo – Amor: Nos prepara para recibir al Emmanuel, “Dios con nosotros”, recordando que el amor de Dios se hace carne en su Hijo.

Te recomendamos: Tercer Domingo de Adviento: ¿por qué se le conoce como “Gaudete”?

¿Qué se hace durante el Adviento?

Durante el Adviento, la Iglesia invita a los fieles a preparar el corazón para la Navidad mediante tres actitudes principales:

  • Oración: Rezar en familia, meditar las lecturas dominicales y participar en la Eucaristía.
  • Caridad: Practicar obras de misericordia y ayudar especialmente a quienes más lo necesitan.
  • Conversión: Reconocer los errores personales y buscar la reconciliación con Dios en el sacramento de la confesión.

En los hogares, este tiempo se vive también con signos externos, como la Corona de Adviento, el nacimiento y otros símbolos que ayudan a mantener la mirada puesta en Jesús.

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Las lecturas bíblicas del Adviento 2025

El Adviento 2025 comenzará el 30 de noviembre y sus lecturas seguirán el Ciclo A del calendario litúrgico. Durante estas cuatro semanas, la Palabra de Dios nos acompañará especialmente a través del profeta Isaías, que anuncia la venida del Mesías, y del Evangelio según san Mateo, que nos invita a prepararnos con un corazón vigilante y lleno de fe.

Cada domingo de Adviento tiene un significado especial que nos guía en el camino hacia la Navidad:

  • Primer Domingo: la Esperanza, que nos anima a confiar en la promesa de la venida del Señor.
  • Segundo Domingo: la Paz, que brota de abrir el corazón a Dios y reconciliarnos con los demás.
  • Tercer Domingo: la Alegría, porque el Señor está cerca.
  • Cuarto Domingo: el Amor, que se hace carne en Jesús, el Emmanuel, “Dios con nosotros”.

En cada Misa dominical, las lecturas nos ayudan a preparar nuestro espíritu para recibir a Cristo. A través de ellas, la Iglesia nos invita a vivir con mayor fe, esperanza y caridad, mientras nos acercamos al misterio de la Navidad.

Primer Domingo de Adviento (30 de noviembre)

Primera Lectura

Del libro del Profeta Isaías (2, 1-5)

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén:

En días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas, y hacia él confluirán todas las naciones.

Acudirán pueblos numerosos, que dirán:

“Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos instruya en sus caminos y podamos marchar por sus sendas.

Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor”.

Él será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos.

De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas; ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra.

¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial (121)

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron:
“¡Vayamos a la casa del Señor”!
Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas.

A ti, Jerusalén, suben las tribus,
las tribus del Señor.
según lo que a Israel se le ha ordenado,
para alabar el nombre del Señor.
En ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

Digan de todo corazón: “Jerusalén,
que haya paz entre aquellos que te aman,
que haya paz dentro de tus murallas
y que reine la paz en casa casa”.

Por el amor que tengo a mis hermanos,
voy a decir: “La paz esté contigo”.
Y por la casa del Señor, mi Dios,
pediré para ti todos los bienes.

Segunda Lectura

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos (13, 11-14)

Hermanos: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación están más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.

Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias. Revístanse más bien de nuestro Señor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no dé ocasión a los malos deseos.
Palabra de Dios.

Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 24, 37-44)

Estad en vela para estar preparados.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.

Segundo domingo de Adviento (7 de diciembre)

Primera Lectura

Del Libro del profeta Isaías (11, 1-10)

En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz.
Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.

No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas: defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío.

Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará.

La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas.

El león comerá paja con el buey.

El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor.

Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial (71)

Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

Comunica, Señor, al rey tu juicio,
y tu justicia al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente.

Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo a otro de la tierra.

Al débil librará del poderoso
y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado.

Que bendigan al Señor eternamente,
y tanto como el sol, viva su nombre.
Que él sea la bendición del mundo entero
y lo aclamen dichosos las naciones.

Segunda lectura

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos (15, 4-9)

Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesashechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban a Dios, según aquello que dice la Escritura: por eso te alabaré y te cantaré himnos a tu nombre.
Palabra de Dios.

Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 3, 1-12)

Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.
Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: “Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos”.
Este es el que anunció el profeta Isaías diciendo: “Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: “¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: ‘Tenemos por padre a Abrahán’, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego”.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».
Palabra del Señor.

Tercer domingo de Adviento (14 de diciembre)

Primera lectura

Del Libro del profeta Isaías (35, 1-6. 10)

Esto dice el Señor:
“Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.

Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes.
Digan a los de corazón apocado:

‘¡Ánimo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos’.

Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mundo cantará.

Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción habrán terminado.”
Palabra de Dios.

Salmo responsorial (145)

Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor siempre es fiel a su palabra,
y es quien hace justicia al oprimido;
él proporciona pan a los hambrientos
y libera al cautivo.

Abre el Señor los ojos de los ciegos
y alivia al agobiado.
Ama el Señor al hombre justo
y toma al forastero a su cuidado.

A la viuda y al huérfano sustenta
y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente,
reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.

Segunda lectura

De la Carta del Apóstol Santiago ( 5, 7-10)

Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias tempraneras y tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca.

No murmuren, hermanos, los unos de los otros, para que el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios.

Lectura del Evangelio según san Mateo (Mt 11, 2-11)

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”.

Jesús les respondió: “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!”.

Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: “¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti”. En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él”.
Palabra del Señor.

Cuarto domingo de Adviento (21 de diciembre)

Primera Lectura

Del libro del profeta Isaías ( 7, 10-14)

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.

Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará luz a un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial (23)

Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene,
el orbe todo y los que en él habitan,
pués él lo edificó sobre los mares,
él fue quien lo asentó sobre los ríos.

¿Quién subirá hasta el monte del Señor?
¿Quién podrá entrar en su recinto santo?
El de corazón limpio y manos puras
y que no jura en falso.

Ése obtendrá la bendición de Dios,
y Dios, su salvador, le hará justicia.
Esa es la clase de hombres que te buscan
y vienen ante ti, Dios de Jacob.

Segunda Lectura

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos (1, 1-7)

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje, de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.

Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús.

A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.
Palabra de Dios.

Lectura del Evangelio del cuarto Domingo de Adviento 2025: 21 de diciembre 2025 (Mt 1, 18-24)

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David.
La generación de Jesucristo fue de esta manera: “María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo”.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: “Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Palabra del Señor.

Te recomendamos: Ritual para encender la Corona de Adviento

Cynthia Fabila L.

Periodista con más de 20 años de trayectoria, titulada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. A lo largo de su carrera ha colaborado en reconocidos medios nacionales como Milenio, El Gráfico de El Universal, Revista Alto Nivel y Desde la fe, entre otros. Su trabajo se ha enfocado en temas sociales, culturales y de interés humano, con un compromiso constante por informar con profundidad y sensibilidad.

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