Esta nota sobre san Lucas se actualizó por última el el 17 de octubre de 2021.
De los cuatro evangelistas, san Lucas, cuyo nombre significa lleno de luz, provenía de la cultura griega y tenía una formación científica, pues era médico de profesión.
La medicina posiblemente la ejerció en su natal Antioquía, Siria, esto ocurrió hasta que San Pablo de Tarso visitó esta ciudad y hacia el año 50, Lucas decidió abandonar todo para seguir al Apóstol de los Gentiles, a quien acompañó hasta el final de su vida como su discípulo.
San Lucas no conoció a Jesús, sin embargo, investigó entre los testigos presenciales de todos aquellos hechos, entre ellos, los apóstoles y la Virgen María, quien le proporcionó información que los otros evangelistas no incluyeron en sus textos, y como él mismo dice en su prólogo del Evangelio (1: 3) “Yo también, excelentísimo Teófilo, lo he investigado todo con cuidado desde el principio, y me ha parecido conveniente escribirte estas cosas ordenadamente, para que conozcas bien la verdad de lo que te han enseñado”.
El evangelio de san Lucas es el más largo, presenta a Jesús como el Salvador de todo el género humano y tras haber hecho una investigación exhaustiva, ofrece más datos que Mateo sobre el nacimiento e infancia de Jesús, además de que se refiere al trabajo del Señor en Galilea y su viaje final a Jerusalén, su muerte y resurrección, las apariciones y su ascensión al Cielo.
Hay algunos pasajes bíblicos que no mencionan los otros tres evangelistas, como el del hijo pródigo, la oveja perdida, la prostituta que se retira perdonada y el Buen Ladrón.
San Lucas, además, fue el autor del Libro de los Hechos de los Apóstoles, y por esta razón, lo empieza de este modo: “En mi primer libro, excelentísimo Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús había hecho y enseñado desde el principio y hasta el día en que subió al cielo.”
Este nuevo libro se puede dividir en tres partes: los inicios de la Iglesia en Jerusalén; su propagación en otras partes de Palestina, y su difusión por las ciudades del Mediterráneo hasta Roma, destacando los viajes misioneros de san Pablo a quien acompañó y las acciones, y encarcelamiento de san Pedro.
A san Lucas se le representa como un toro porque empieza hablando del sacrificio de Zacarías a Dios, y el toro es el símbolo del sacrificio. San Lucas, además fue pintor.
Falleció en la provincia romana de Acaya, en la ciudad de Patras, Grecia. Sus reliquias, que pasaron por Constantinopla, se encuentran en la Basílica de Santa Justina en Padua, Italia, que hoy atienden los padres benedictinos, a excepción de su cráneo que, en 1354, por instrucción de Carlos IV, fue trasladado a la catedral de San Vito en Praga, donde es venerado.
En la Basílica de Santa Justina, también se encuentran los restos mortales de san Matías.
La fiesta litúrgica de san Lucas es el 18 de octubre, siendo venerado por la Iglesia católica, ortodoxa y luterana.
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