Este 8 de febrero, en que la Iglesia lleva a cabo la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, a través de un videomensaje el Papa Francisco volvió a condenar la violencia que ejercen, especialmente contra las mujeres y las niñas, quienes participan de esta actividad.
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“La violencia que sufre cada mujer y cada niña es una herida abierta en el cuerpo de Cristo, en el cuerpo de la humanidad entera”, señaló el Papa Francisco en el marco de esta jornada coordinada por la red contra la trata Talitha Kum.
En su video mensaje -con el que abre el programa vespertino de oraciones virtuales-, el Papa Francisco recordó que miles de mujeres y niñas están siendo sometidas a múltiples formas de explotación, incluso a través de matrimonios forzados, esclavitud doméstica y laboral.
Son ellas -dice- quienes ponen de manifiesto “las dramáticas consecuencias de modelos relacionales basados en la discriminación y la sumisión”.
En este sentido, el Papa Francisco citó un fragmento de su de su encíclica Fratelli tutti, en la que exaltó la fraternidad como elemento ordenador de la convivencia mundial:
La organización de las sociedades en todo el mundo está aún lejos de reflejar con claridad el hecho de que las mujeres tienen la misma dignidad y derechos que los hombres. Lamentablemente, se constata que las mujeres son doblemente pobres cuando sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque a menudo se encuentran con menos posibilidades de defender sus derechos.
“¡La trata de personas es violencia! -señaló el Papa Francisco-. La violencia que sufre cada mujer y cada niña es una herida abierta en el cuerpo de Cristo, en el cuerpo de la humanidad entera; es una herida profunda que también nos concierne a cada uno de nosotros. Hay tantas mujeres que tienen el valor de rebelarse contra la violencia. También nosotros los hombres estamos llamados a hacerlo, a decir no a toda violencia, incluida la violencia contra las mujeres y las niñas”.
El Papa Francisco señaló que el camino del cambio nos lo muestra claramente santa Bakhita -cuya fiesta litúrgica es este 8 de febrero-, quien hace ver que todo es posible si nos dejamos transformar por el cuidado de Dios, un cuidado hecho de misericordia, que nos hace capaces de acoger a los demás como hermanos y hermanas.
“Animo a toda mujer y a toda joven que se compromete con la transformación y el cuidado, en la escuela, en la familia, en la sociedad. Y aliento a todo hombre y a todo joven a no permanecer fuera de este proceso de transformación, recordando el ejemplo del Buen Samaritano: un hombre que no se avergüenza de inclinarse hacia su hermano y cuidarlo”.
Así, el Papa Francisco pidió a la comunidad cuidarnos juntos, hombres y mujeres, como llamado central en el marco de esta Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas: “juntos podemos hacer crecer una economía del cuidado y contrastar con todas las fuerzas toda forma de explotación de la trata de personas”.
El videomensaje concluye con una fuerte exhortación del Papa Francisco a mantener viva la indignación contra la violencia y a encontrar día a día la fuerza para comprometerse con determinación en este frente, sin ceder a “la arrogancia de la violencia, el dinero y el poder”.
Con información de Vatican News
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