El Papa Francisco visita una cárcel en Filadelfia en 2015. Foto: Reuters.
El Papa Francisco abogó una vez más por una sociedad más justa, sin desigualdades y en la que nadie sufra por no tener comida o porque se encuentra completamente solo.
Al recibir en audiencia a un grupo de una delegación del Centro Franciscano de Solidaridad de Florencia, el Santo Padre aseguró que Dios es padre para todos y nos llama a defender la dignidad de todos.
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El Papa los animó a seguir trabajando para “construir las condiciones humanas, sociales y económicas para que nadie sea excluido o pisoteado en sus derechos fundamentales, para que nadie tenga que sufrir por falta de pan material o por soledad”.
“En un mundo que tiende a correr a dos velocidades, que por un lado produce riqueza, pero por otro genera desigualdad, ustedes son una obra eficaz de asistencia, basada en el voluntariado, y, a los ojos de la fe, están entre los que siembran las semillas del Reino de Dios”, agregó.
El Papa Francisco recordó que, además de la acción, es necesaria la oración, porque las fuerzas propias no bastan.
“Antes de las cosas que hay que hacer y además de ellas, cuando estamos frente a una persona pobre estamos llamados a un amor que la haga sentir como nuestro hermano, nuestra hermana; y esto es posible racias a Cristo, presente precisamente en esa persona”.
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