En su mensaje previo al Ángelus, el Papa Francisco hizo un llamado a los fieles a vivir con alegría en esta Cuaresma el nucleo de la fe cristiana: el amor de Dios, quien nos perdona siempre.
“Este cuarto domingo de Cuaresma es el domingo ‘Laetare’, es decir, ‘Alégrate'”, explicó el Santo Padre a los fieles.
En el Evangelio de hoy vemos el diálogo entre Jesús y Nicodemo, quien como miembro del pueblo de Israel esperaba al Mesías como un hombre fuerte que juzgaría con poder.
“Jesús pone en crisis esta expectativa presentándose bajo tres aspectos: el del Hijo del hombre exaltado en la cruz; el del Hijo de Dios enviado al mundo para la salvación; y el de la luz que distingue a los que siguen la verdad de los que siguen la mentira”.
Veamos estos tres aspectos: Hijo del hombre, Hijo de Dios y luz.
Sobre el primero, Jesús fue levantado en la cruz y los que creen en Él son curados del pecado y viven.
El segundo aspecto es el del Hijo de Dios. “Dios envía a su Hijo al mundo no para condenarlo, sino para que el mundo se salve por medio de Jesús. La misión de Jesús es misión de salvación, para todos”.
En el tercer aspecto, Jesús como luz nos habla de la elección que cada quien hace.
“Quien practica el mal busca las tinieblas, el mal siempre se esconde, se cubre. Quien hace la verdad, es decir, practica el bien, llega a la luz”.
Durante la Cuaresma principalmente estamos llamados a acoger la luz en nuestra conciencia, para abrir nuestros corazones al amor de Dios.
“No olviden que Dios perdona siempre, siempre, si nosotros con humildad pedimos el perdón. Basta con pedir perdón y Él perdona. Así encontraremos el gozo verdadero y podremos alegrarnos del perdón de Dios que regenera y da vida”, dijo el Papa a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
En su mensaje posterior al Ángelus, el Papa Francisco recordó que hace 10 años comenzó el conflicto en Siria por el que hay millones de refugiados y miles de desaparecidos.
“Renuevo mi más encarecido llamado a las partes en conflicto para que den muestras de buena voluntad, a fin de que se abra un rayo de esperanza para la población extenuada”, dijo.
Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional para ayudar a restablecer el tejido social y comenzar la reconstrucción.
“Pidamos todos al Señor para que no se olvide tanto sufrimiento en la amada y atormentada Siria y para que nuestra solidaridad reavive la esperanza. Recemos juntos por la amada y atormentada Siria”, agregó.
El Santo Padre recordó que el próximo viernes 19 de marzo, solemnidad de San José, se abre el Año de la Familia Amoris Laetitia.
“Invito a un renovado y creativo impulso pastoral para poner a la familia en el centro de la atención de la Iglesia y de la sociedad. Rezo para que cada familia sienta en su propia casa la presencia viva de la Sagrada Familia de Nazaret, que llene nuestras pequeñas comunidades domésticas de amor sincero y generoso, fuente de alegría incluso en las pruebas y dificultades”.
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