Nuestra sociedad cultiva el mito de la eterna juventud como una obsesión desesperada, aseguró el Papa Francisco en su catequesis número 14 sobre la vejez durante la Audiencia General que realiza cada miércoles.
La vejez es despreciada de muchas maneras porque va en contra de este mito.
“Una cosa es el bienestar, otra cosa es la alimentación del mito. No se puede negar, sin embargo, que la confusión entre los dos aspectos nos está creando una cierta confusión mental”, dijo el Santo Padre.
No hay que confundir el bienestar con la alimentación del mito de la eterna juventud. “Se hace mucho para tener de nuevo siempre esta juventud: muchos maquillajes, muchas operaciones quirúrgicas para parecer más jóvenes”.
Ante esta realidad, el Papa Francisco invitó a los adultos mayores a no esconder sus arrugas.
“Las arrugas son un símbolo de la experiencia, un símbolo de la vida, un símbolo de la madurez, un símbolo de haber hecho un camino”.
Los adultos mayores sí pueden ser ‘jóvenes de corazón. Se puede intentar solo ser ‘joven de cara’ pero “lo que interesa es toda la personalidad, lo que interesa es el corazón, y el corazón permanece con esa juventud del vino bueno, que cuanto más envejece mejor es”.
La vejez tiene una belleza única: caminamos hacia el Eterno, aseguró el Papa Francisco a los fieles presentes en la Audiencia General.
“Nadie puede volver a entrar en el vientre de la madre, ni siquiera en su sustituto tecnológico y consumista. Esto no da sabiduría, esto no da camino cumplido, esto es artificial. Sería triste, incluso si fuera posible. El viejo camina hacia adelante, el viejo camina hacia el destino, hacia el cielo de Dios, el viejo camina con su sabiduría vivida durante la vida”.
De los adultos mayores también podemos aprender de su ternura, la cual es un camino hacia Dios.
“Observen a un abuelo o una abuela cómo miran a los nietos, cómo acarician a los nietos: esa ternura, libre de toda prueba humana, que ha vencido las pruebas humanas y es capaz de dar gratuitamente el amor, la cercanía amorosa del uno por los otros. Esta ternura abre la puerta a entender la ternura de Dios”.
“Los ancianos son los mensajeros del futuro, los ancianos son los mensajeros de la ternura, los ancianos son los mensajeros de la sabiduría de una vida vivida. Vamos adelante y miremos a los ancianos”.
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