Mensaje del Papa Francisco a la COP28 de Dubai
El Papa Francisco pidió este sábado a la cumbre climática de la ONU, COP28, que se realiza en Dubai, que se haga un esfuerzo para lograr un acuerdo decisivo que ayude a detener el calentamiento global en el que que se incluya la eliminación de los combustibles fósiles, debido a que el clima se ha “descontrolado”.
Imposibilitado de estar presente en Dubai para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2023, debido a una inflamación de pulmones que lo mantuvo en el Vaticano, el mensaje del Papa Francisco fue dado a conocer por el cardenal Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, quien expresó que el Santo Padre reiteró su convicción de que “el futuro de todos nosotros depende del presente que ahora elijamos”.
El Papa dijo a la asamblea de la COP que su presencia sirve para recordarles que “la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios, un pecado que no es sólo personal sino también estructural, uno que pone en gran peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables entre nosotros y amenaza con desatar un conflicto entre generaciones”.
El Sumo Pontífice pidió “que esta COP resulte ser un punto de inflexión, demostrando una voluntad política clara y tangible que pueda conducir a una aceleración decisiva de la transición ecológica”.
En su llamado urgente para abordar la crisis climática, el Papa Francisco atribuyó su causa al calentamiento excesivo del planeta, impulsado principalmente por los crecientes niveles de gases de efecto invernadero que, dijo, son el resultado de actividades humanas insostenibles.
“El impulso de producir y poseer se ha convertido en una obsesión, resultando en una codicia desmesurada que ha convertido el medio ambiente en objeto de una explotación desenfrenada. El clima, enloquecido, nos pide a gritos que detengamos esta ilusión de omnipotencia”, afirmó.
Manifestó que el cambio climático es “una cuestión social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana”. Y puso sobre la mesa esta pregunta: ¿Estamos trabajando por una cultura de vida o una cultura de muerte?”
“A todos les hago hago este llamamiento de corazón: ¡Escojamos la vida! ¡Elijamos el futuro! ¡Estemos atentos al clamor de la tierra, escuchemos la súplica de los pobres, ¡Seamos sensibles a las esperanzas de los jóvenes y a los sueños de los niños! Tenemos una gran responsabilidad: garantizar que no se les niegue su futuro”.
En su mensaje, el Papa señaló que las divisiones que existen en la sociedad son el principal obstáculo para este cambio crucial y dijo que “un mundo completamente conectado, como el nuestro hoy, no debería estar desconectado por quienes lo gobiernan, con negociaciones internacionales que ‘no pueden lograr avances significativos debido a a posiciones adoptadas por países que anteponen sus intereses nacionales al bien común mundial’”.
Además, rechazó los intentos de echarle la culpa a los pobres y a las altas tasas de natalidad, y dijo:
“No es culpa de los pobres, ya que casi la mitad de nuestro mundo más necesitada es responsable de apenas el 10% de las emisiones tóxicas, mientras que la brecha entre unos pocos opulentos y las masas de pobres nunca ha sido tan abismal. “
El Papa se mostró en contra de penalizar el desarrollo de los países económicamente agobiados, sugiriendo en cambio una reconsideración de la “deuda ecológica” contraída por las naciones más ricas, y pidió un enfoque integral y equitativo para abordar las cuestiones interconectadas del cambio climático, la deuda económica y la justicia social a escala global.
La vía para resolver la actual crisis ambiental, sugirió el Papa, es la de la unión y el multilateralismo, y llamó a una cooperación efectiva en un mundo que se ha vuelto “tan multipolar y al mismo tiempo tan complejo que no requiere un marco diferente para una cooperación efectiva”.
El Santo Padre dijo que la Iglesia Católica “está profundamente comprometida en la labor de educación y de fomento de la participación de todos, así como en la promoción de estilos de vida sanos, ya que todos somos responsables y la aportación cada uno es fundamental”.
El Obispo de Roma denunció el desperdicio de energía y recursos de la humanidad en guerras – “como las de Israel y Palestina, en Ucrania y en muchas partes del mundo” que agravan los problemas en lugar de resolverlos.
“¡Cuántos recursos se desperdician en armas que destruyen vidas y devastan nuestra casa común!” dijo, presentando de nuevo una propuesta ya expresada: “Con el dinero gastado en armas y otros gastos militares, establezcamos un fondo global que pueda finalmente poner fin al hambre” y llevar a cabo obras para el desarrollo sostenible de los países más pobres y para luchar contra el cambio climático.
El Papa pidió a los líderes actuar para responder de manera efectiva a esta realidad apremiante sobre la crisis global. Recordó que el propósito del poder es servir y advirtió sobre aferrarse a una autoridad “que algún día será recordada por su incapacidad para tomar medidas cuando era urgente y necesario hacerlo”.
El jerarca católico expresó su esperanza de que el año 2024 pueda marcar un gran avance, inspirándose en la experiencia transformadora de San Francisco de Asís, quien compuso su “Cántico de las criaturas” en 1224, una experiencia que lo llevó “a convertir su dolor en los elogios y el cansancio en un compromiso renovado”, lo que también le llevó a resolver un conflicto entre las autoridades civiles y el obispo local.
El Papa instó a los líderes “¡a dejar atrás nuestras divisiones y unir nuestras fuerzas! Y con la ayuda de Dios, salgamos de la noche oscura de las guerras y la devastación ambiental para hacer de nuestro futuro común el amanecer de un día nuevo y radiante”.
Francisco ha hecho de la defensa del medio ambiente una parte importante de su labor como líder de la Iglesia Católica, en los 10 años que lleva su pontificado ha escrito dos documentos importantes sobre el tema, en 2015, “Laudato Si“, y en octubre pasado “Laudate Deum“.
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