Con la presencia de una veintena de fieles, el coro y unos pocos concelebrantes y ceremonieros, debido a la cuarentena por el coronavirus en Italia, el Papa Francisco presidió la celebración de la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro, en El Vaticano.
Al inicio de la ceremonia, el Santo Padre se postró frente a la Santa Cruz, ubicada a un costado del altar desnudo.
Este día, en que los católicos recordamos el inmenso drama que vivió Jesús en su pasión y muerte, el Papa recordó, en la Oración Universal, a todos aquellos que padecen por el coronavirus COVID-19 en el mundo.
“Dios omnipotente y eterno, refugio providente de los que sufren, mira con compasión la aflicción que padecen tus hijos por esta epidemia, alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes cuidan de ellos, acoge en tu paz a quienes han muerto y, mientras dure esta tribulación, haz que cada uno encuentre el consuelo en tu misericordia”, pidió el Santo padre.
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El crucifijo elegido para esta celebración fue el Cristo Milagroso que libró a Roma de la peste en el siglo XVI, que fue cubierto con un velo rojo, retirado en el momento de la Adoración de la Cruz.
El Papa Francisco oró por un momento frente al Cristo –que habitualmente se encuentra en la Iglesia de San Marcello-, besó sus pies y lo presentó a los fieles.
Antes, en la homilía, el sacerdote franciscano Raniero Cantalamessa, Predicador de la Casa Pontificia, hizo votos porque, así como Cristo resucitó al tercer día, “nosotros también, después de estos días que esperamos sean cortos, nos levantaremos y saldremos de las tumbas de nuestros hogares.
“No para volver a la vida anterior como Lázaro, sino a una vida nueva, como Jesús. Una vida más fraterna, más humana ¡Más cristiana!”.
las restricciones adoptadas en Italia tras la emergencia sanitaria por coronavirus provocaron que este año el Papa Francisco presidiera el Viacrucis en la Plaza de San Pedro y no en el Coliseo Romano, como se había venido realizando en los últimos años.
Las meditaciones de las XIV estaciones que recorrió Jesús desde el pretorio hasta al Monte Calvario este año fueron propuestas por la capellanía del Centro Penitenciario de Padua.
A invitación del Santo Padre, 14 personas meditaron sobre la Pasión de Cristo, entre los que estaban algunos reclusos, familiares de reclusos e incluso un sacerdote absuelto tras un largo proceso judicial.
Con información de Vatican News.
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