El Papa Francisco abraza a un anciano durante la Audiencia General. Foto: Vatican Media
“Los ancianos son también el presente y el mañana de la Iglesia. Sí, ¡son también el futuro de una Iglesia que, junto con los jóvenes, profetiza y sueña! Por eso es tan importante que los ancianos y los jóvenes hablen entre ellos”, aseguró el Papa Francisco.
Esta mañana, el Papa Francisco recibió a casi seiscientos participantes en el Congreso internacional titulado La riqueza de los ancianos. “La “riqueza de los años” es la riqueza de la gente, el precioso tesoro que toma forma en el camino de la vida de cada hombre y mujer, independientemente de sus orígenes, procedencia y condiciones económicas o sociales” dijo el Santo Padre en su discurso.
El Papa Francisco aseguró que necesitamos cambiar nuestros hábitos pastorales para responder a la presencia de tantas personas mayores en las familias y comunidades, y pidió que este primer congreso no se quede en una iniciativa aislada, sino que marque el inicio de un camino de profundización y discernimiento pastoral.
Después de recordar que en la Biblia, la longevidad es una bendición y que ella nos enfrenta a nuestra fragilidad, con la dependencia mutua, a nuestros lazos familiares y comunitarios y, sobre todo, con nuestra filiación divina, el Santo Padre les dijo que “consciente” del “papel irremplazable de los ancianos, la Iglesia se convierte en un lugar donde las generaciones están llamadas a compartir el plan de amor de Dios, en una relación de intercambio mutuo de los dones del Espíritu Santo.
Con información de Vatican News
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