El Papa Francisco hizo un llamado a afrontar las cuestiones apremiantes que la pandemia ha puesto de relieve, sobre todo las enfermedades sociales a la luz del Evangelio, de las virtudes teologales y de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
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Este 5 de agosto, el Papa Francisco reanudó su ciclo de catequesis en la Audiencia General de los miércoles, tras el descanso del mes de julio. A lo largo de ella, el Santo Padre expuso su segunda catequesis en torno al tema “Curar al mundo” (Lectura: Mc 2,1-5.10-11).
“La pandemia sigue causando heridas profundas, desenmascarando nuestras vulnerabilidades. Son muchos los difuntos, muchísimos los enfermos, en todos los continentes. Muchas personas y muchas familias viven un tiempo de incertidumbre, a causa de los problemas socio-económicos, que afectan especialmente a los más pobres”, aseguró el Papa.
Ante esta realidad, el Pontífice considera que es preciso tener la mirada en Jesús, que aporta fe, esperanza y caridad, “dones que nos abren a nuevos horizontes, también mientras navegamos en las difíciles aguas de nuestro tiempo”.
Para afrontar estos difíciles tiempos, el Papa Francisco considera que es necesario “un nuevo encuentro con el Evangelio de la fe, de la esperanza y del amor nos invita a asumir un espíritu creativo y renovado”, de manera que seremos capaces “de transformar las raíces de nuestras enfermedades físicas, espirituales y sociales”.
“¿De qué modo podemos ayudar a sanar nuestro mundo, hoy? Como discípulos del Señor Jesús, que es médico de las almas y de los cuerpos, estamos llamados a continuar ‘su obra de curación y de salvación’ en sentido físico, social y espiritual”, dijo el Papa.
Sin embargo, subrayó que la Iglesia no es experta en la prevención o en el cuidado de la pandemia, pero sí ha desarrollado algunos principios sociales que son fundamentales (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 160-208), que pueden ayudarnos a salir adelante.
De acuerdo con el Papa, estos son: el principio de la dignidad de la persona, el principio del bien común, el principio de la opción preferencial por los pobres, el principio de la destinación universal de los bienes, el principio de la solidaridad, de la subsidiariedad, el principio del cuidado de nuestra casa común.
Estos principios ayudan a los dirigentes, los responsables de la sociedad, “a llevar adelante el crecimiento y también, como en este caso de pandemia, la sanación del tejido personal y social”, indicó el Obispo de Roma.
Con información de Zenit y Vatican News
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