5 consejos del Papa León XIV a los nuevos sacerdotes

En el marco de la celebración de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa León XIV ofreció cinco consejos a los sacerdotes recién ordenados a fin de que su ministerio esté íntimamente unido a Cristo y cooperen con Él para que sus enseñanzas sean conocidas por todos.

Durante la Santa Misa que presidió en la Basílica de San Pedro, en la que realizó la ceremonia de 32 ordenaciones sacerdotales, el Papa León XIV pidió a los nuevos sacerdotes que, aunque actualmente en el mundo se proponen diversos modelos de éxito y prestigio discutibles e inconsistentes, “no se dejen embaucar por ellos”.

Los 5 consejos del Papa León XIV a los nuevos sacerdotes

En su homilía, el Papa León XIV se dirigió a los sacerdotes recién ordenados para darles unos consejos “que considero importantes para su futuro y para el de las almas que les serán confiadas”.

1. Amen a Dios y a los hermanos, sean generosos, fervorosos en la celebración de los sacramentos, en la oración —especialmente en la adoración— y en el ministerio.
2. Vivan la caridad pastoral con el mismo espíritu generoso del Padre, cultivando en nosotros su deseo: que nadie se pierda, sino que todos, también a través de nosotros, conozcan a Cristo y tengan en Él la vida eterna.
3. Sean cercanos a su grey, donen su tiempo y sus energías a todos, sin escatimarse, sin hacer diferencias, como nos enseñan el costado abierto del Crucificado y el ejemplo de los santos.
4. La Iglesia ha generado y conocido, entre sus sacerdotes, mártires, apóstoles incansables, misioneros y campeones de la caridad. Atesoren tanta riqueza: interésense por sus historias, estudien sus vidas y sus obras, imiten sus virtudes, déjense encender por su celo e invoquen con frecuencia y con insistencia su intercesión.
5. Miren el sólido ejemplo y los frutos del apostolado, muchas veces escondido y humilde, de quien en la vida ha servido al Señor y a los hermanos con fe y dedicación, y mantengan su memoria con su fidelidad.

Únanse íntimamente a Jesús: Papa León XIV

En la Santa Misa el Obispo de Roma ordenó a 32 nuevos sacerdotes procedentes de 23 países: Italia, India, Sri Lanka, Rumanía, África Central, San Vicente y las Granadinas, Camerún, Angola, Vietnam, Etiopía, Tanzania, Ghana, Nigeria, Corea, México, Uganda, Australia, Papúa Nueva Guinea, Kenia, Brasil, Croacia, Eslovaquia y Ucrania.

Por este motivo, el Papa León XIV centró su homilía en orientar a los nuevos sacerdotes sobre la manera en la que pueden hacer presente en el mundo actual el misterio de la encarnación, muerte y resurrección del Señor que les ha sido confiado y cómo pueden contribuir con su obra de salvación.

De esta manera, el Santo Padre señaló que “nuestra esperanza se basa en la conciencia de que el Señor nunca nos abandona; nos acompaña siempre”, por lo que estamos llamados a cooperar con Él, ante todo, “poniendo en el centro de nuestra existencia la Eucaristía, fuente y culmen de toda la vida cristiana”.

“Es una invitación a unirnos íntimamente a Jesús, semilla de concordia entre los hermanos, cargando sobre nuestros hombros a los que se han perdido, perdonando a los que han errado, yendo en busca de los que se han alejado o han quedado excluidos, cuidando a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, en un gran intercambio de amor que, naciendo del costado traspasado del Crucificado, circunda a todos los hombres e impregna al mundo”, aseveró.

¿Qué es el misterio sacerdotal?

Previo a realizar la ordenación, el Papa León XIV les explicó de manera puntual a los 32 nuevos sacerdotes lo que es el ministerio sacerdotal:

“El ministerio sacerdotal es un ministerio de santificación y reconciliación para la unidad del Cuerpo de Cristo. Por eso, el Concilio Vaticano II pide a los presbíteros que hagan todo lo posible por ‘conducirlos a todos a la unidad de la caridad’, armonizando las diferencias para que ‘nadie se sienta extraño’ y les recomienda que estén unidos al obispo y al presbiterio”, apuntó.

“En efecto”, añadió el Pontífice, “cuanto mayor sea la unidad entre nosotros, tanto más sabremos llevar también a los demás al redil del Buen Pastor, para vivir como hermanos en la única casa del Padre”.

Finalmente, les refrendó el deseo que hizo patente en la Misa Solemne del inicio de su pontificado, el 18 de mayo de 2025, de impulsar y lograr una sola Iglesia, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado.

“Hoy vuelvo a compartirlo con todos ustedes: reconciliados, unidos y transformados por el amor que brota abundantemente del Corazón de Cristo, caminemos juntos tras sus huellas, humildes y decididos, firmes en la fe y abiertos a todos en la caridad, llevemos al mundo la paz del Resucitado, con esa libertad que nace de sabernos amados, elegidos y enviados por el Padre”, concluyó.