En la Décima Estación del Viacrucis, Jesús es despojado de sus vestiduras, como un acto de humillación extrema, en el que hoy reconocemos la dignidad hecha pedazos de todos los inocentes que pagan una condena injusta.
Puedes leer: Guía para reflexionar en la Novena Estación del Viacrucis
“Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: ‘No la rasguemos, sino echémosla a la suerte, a ver a quién le toca’. Así se cumplió la Escritura: ‘Se repartieron mis ropas y echaron a la suerte mi túnica’. Esto hicieron los soldados”.
A través de la meditación, la oración y la contemplación de la anterior lectura del Evangelio, podemos plantearnos lo siguiente:
Puedes descargar una guía para la meditación de la Décima Estación del Via crucis: Aquí
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