Hace cerca de 40 años en un internado de monjas de la Ciudad de México, “Sor Chiva” llevó a un grupo de niños a la piscina, entre ellos a Arnulfo. Mientras la mayoría de los pequeños veía con recelo y temor la alberca, el pequeño Arnulfo no lo pensó dos veces y sin más se arrojó al agua ante la sorpresa de todos, en especial de la religiosa.
En medio de la incertidumbre y el asombro Sor Chiva, como le decían de cariño todos por su pasión por el equipo de fútbol Guadalajara, vio cómo el pequeño empezó a flotar en la alberca mientras movía su brazo derecho ante la mirada incrédula de todos.
Así, todos veían fascinados desde la orilla a Arnulfo Castorena moviéndose en la piscina sin dificultad alguna, a pesar de que nació sin que se le hubiera desarrollado el pulmón, el brazo izquierdo y las dos piernas. Desde entonces su vida transcurría feliz en la alberca, en donde iba aprendiendo las técnicas para desarrollarse como nadador, ante la supervisión de Sor Chiva.
José Arnulfo Castorena Vélez nació el 27 de mayo en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, y contrario a lo que debía representar el nacimiento de un niño, su llega al mundo fue trágica y triste, ya que su mamá murió durante el parto y su padre lo abandonó cuando supo de su discapacidad.
Desde ese momento, su abuela, doña Todosia, se hizo cargo del recién nacido, a quien prodigó de atención y amor durante los primeros años de su infancia, en especial porque ninguna escuela lo aceptaba por su condición.
Al cumplir los 6 años, por fin Arnulfo fue aceptado para iniciar su educación básica, sin embargo debió dejar a su abuela en Guadalajara, ya que fue un internado de monjas de la Ciudad de México el que le abrió las puertas para que pudiera aprender a leer y escribir, pero además para que ahí se enamorara del deporte que lo ha encumbrado a nivel mundial: la natación.
De esta manera, el pequeño además de desarrollarse intelectualmente, se fortaleció físicamente practicando en la alberca, normalmente bajo la supervisión de Sor Chiva, quien vio un gran potencial en Arnulfo y lo animaba a seguir practicándolo.
Durante 5 años Arnulfo disfrutó su estadía en el internado de monjas en donde era feliz. Sin embargo, cuando tenía 12 años tuvo que dejar la institución debido a que su abuela falleció y tuvo que regresar a su ciudad natal, Guadalajara.
Han pasado 40 años desde que Arnulfo se enamoró de la alberca y gracias al apoyo de Sor Chiva se inició en el deporte, hoy a los 46 años de edad se ha convertido en una leyenda de la natación paralímpica al ganar en los Juegos Paralímpicos París 2024, por cuarta ocasión, la medalla de oro en la prueba de 50 metros pecho, clase SB2.
Así, Arnulfo Castorena compitió en Sydney 2000 en donde ganó su primera medalla de oro; posteriormente logró el bronce en Atenas 2004, plata en Londres 2012 y oros en Río 2016 y Tokio 2021.
“Esto es como mi trabajo, tengo familia que mantener. Esto es lo que me mantiene y mantiene a mi familia”, aseguró Arnulfo en París, luego de ganar por cuarta vez la medalla de oro.
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