Anteriormente la Iglesia Católica en México permitía el perdón del pecado del aborto solo durante el tiempo litúrgico de la Cuaresma y bajo ciertas condiciones.
Sin embargo, desde 2016 todos los sacerdotes de la Iglesia católica tienen la facultad para perdonar el pecado del aborto, ya que, al finalizar el Año de la Misericordia, el Papa Francisco otorgó esta potestad, reservada anteriormente sólo a los obispos y a los sacerdotes designados por él.
El Santo Padre comunicó esa medida en una carta, en la que insistió “tan firmemente como pueda”, que el aborto es un pecado grave, y explicó que su decisión se basa en la certeza de que “no existe pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y limpiar cuando encuentra un corazón arrepentido”.
En entrevista con Desde la fe, el padre Rogelio Alcántara, director de la Comisión de la Doctrina de la Fe de la Arquidiócesis de México, explicó que el aborto tiene una pena de excomunión automática y que la Iglesia ha defendido siempre la vida humana desde la concepción, pero también, como buena Madre, “siempre ha abierto sus brazos misericordiosos para recibir al pecador arrepentido”.
“Con motivo del año jubilar de la Misericordia, el Papa Francisco en la Carta Apostólica Misericordia et misera, extendió la delegación para la absolución de este pecado, como lo hacían los obispos en sus diócesis, a todo sacerdote, de modo que el penitente ya no necesita ir al obispo o al penitenciario para ser absuelto de la pena de excomunión y poder confesarse, sino que puede acudir a cualquier sacerdote con permiso para confesar”, explicó.
Para que se perdone es necesario que haya arrepentimiento de la persona por haber ofendido a Dios y propósito de no seguir haciéndolo.
El padre Alcántara aseguró que el drama del aborto se refleja en las heridas de las mujeres que lo han vivido. Como ejemplo recuerda el caso de una anciana de 84 años, que diario acudía a Misa y que participaba en los grupos parroquiales.
“Un día no pudo más: ‘Padre, quiero compartirle ‘algo’. Sus ojos se llenaron de lágrimas y con una tristeza y amargura profunda me dijo que llevaba una herida en el corazón: de joven había abortado”.
Aunque habían pasado más de 60 años, se había confesado con un penitenciario y había hecho mucha penitencia, buscando ganar varias veces la indulgencia plenaria, la herida seguía allí y en tono desgarrador concluyó: ‘sólo quien lo ha hecho sabe cuánto duele y cómo este dolor nunca se quita’”, recordó el sacerdote.
Por último, el padre Rogelio Alcántara se manifestó contra cualquier intento de los legisladores de distintos partidos políticos por continuar con la despenalización del aborto en México, que implica “asesinar a una persona inocente e indefensa en el vientre materno”, dijo.
“Nos quieren imponer una cultura de muerte, en la que aparentemente se defienden los derechos humanos, pero no se quiere reconocer el derecho fundamental a la vida de los no nacidos.”, afirmó.
“Y todavía algo peor: que se legisle a favor de su muerte”, expresó el sacerdote.
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