Ante la incertidumbre y el deseo de alcanzar la paz espiritual, Marcos, un locatario del Mercado El Rodeó, en la Alcaldía Iztacalco, se acercó a Monseñor Francisco Javier Acero Pérez para pedirle su apoyo y orientación para lograr esa paz.
El Obispo Auxiliar detuvo su recorrido por los locales y luego de escuchar las preocupaciones de su interlocutor le señaló que para conseguir la paz espiritual, se requería en primer lugar perdonarse a sí mismo y perdonar a los demás.
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Lo anterior, aseveró, porque si guardamos rencores en nuestros sentimientos con ello estamos colaborando a que hay una ausencia de paz y esa paz solo nos la da Dios.
“¿Cómo se consigue la paz espiritual? Hay que perdonar y hay que perdonarse. Si tenemos rencores en el sentimiento al final estamos colaborando a una ausencia de paz en la Colonia, en la Ciudad y en el País, y la paz empieza por uno mismo”, aseguró monseñor Acero Pérez.
Así, continuó el Obispo de la Arquidiócesis Primada de México, lo primero que se debe hacer es sanar las heridas y los resentimientos que tenemos, además de eliminar los rencores, porque esos sentimientos terminan afectándonos.
En este tenor, subrayó, entablar un diálogo es muy importante y este debe ser sin resentimientos y sin rencores; esto es, es solo hablar, dialogar y perdonar.
“No olvides, cuando desaparecen los rencores tienes paz y esa paz no se vende en los mercados, esa paz nos la da Dios”, aseguró el Obispo Auxiliar a Marcos luego de darle la bendición.
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