Si bien los Nacimientos o Belenes llegaron a México a través de los primeros misioneros franciscanos a partir del siglo XVI, y fue tal la aceptación que tuvieron entre los indígenas que algunos pueblos se especializaron en su fabricación en distintos materiales, como son los de paja o los laceados de Michoacán; los de barro de Jalisco, y así, por igual, se fabrican de madera, en hueso, los de trapo, los moldeados en cera, demostrando el talento natural de los artesanos que continúan esta tradición.
En Metepec, Estado de México, por ejemplo, hay familias que se dedican a este oficio; algunos pesebres se han exportado al extranjero con gran éxito, y en el Vaticano, algunos de ellos se han exhibido con mucha aceptación.
Entre los nacimientos que más son visitados en la Ciudad de México están el de la Catedral Metropolitana; el de la Basílica de Guadalupe y el del templo de las Capuchinas, y los que se ponen en las iglesias del Centro Histórico, pero se puede afirmar sin temor a equivocarse que en todas las parroquias se ponen nacimientos, muchas veces, al lado de la Corona de Adviento o del arbolito de Navidad.
Los nacimientos, por lo general, van acompañados de las típicas y encendidas flores de Noche Buena que, desde hace siglos, vienen ambientado los paisajes de los nacimientos como si fueran estrellas.
En muchos nacimientos se nota la ausencia del Niño Dios que, según la tradición, es colocado en el pesebre en el marco de la misa de Noche Buena o el 25 de diciembre, en Navidad, luego de que es arrullado por los sacerdotes y fieles.
Entre los Nacimientos históricos, y hay algunas piezas que son verdaderas obras de arte, como es el tradicional y muy conocido Nacimiento de las Palomas, de 140 piezas de gran realismo, realizado por la señora Luz María Bravo hace casi 100 años. Algunas de estas piezas se exhiben y resguardan en museos.
Algunos nacimientos son temáticos, es decir, incluyen varios pasajes de la Biblia, como la anunciación, la matanza de Herodes a los Santos Inocentes, la adoración de los Magos de Oriente en Belén, la Reina de Saba, la Sagrada Familia en Egipto, e incluso, pasajes del Antiguo Testamento, como la presencia de Adán y Eva en el Paraíso Terrenal de donde fueron expulsados a causa del pecado original.
Entre las costumbres navideñas, el montaje de los nacimientos es la más importante, porque nos remite al nacimiento de Jesús, que es la razón de ser de las fiestas decembrinas.
El haber inventado los nacimientos por San Francisco de Asís en el Siglo XIII fue un gran acierto de este santo, porque a través de imágenes o de los nacimientos, supo evangelizar a muchas generaciones.
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