Desde el Siglo XVI, cuando se empezó a construir la Catedral Metropolitana de México, se pensó en consagrarla a la Virgen María en su advocación de la Asunción a los cielos, y por esta razón, hay varias representaciones artísticas de este acontecimiento mariano y que corresponden a distintas épocas; acontecimiento que cuatro siglos después, sería proclamado solemnemente como Dogma de fe, por el Papa Pío XII, el 1° de noviembre de 1950.
Ya desde el siglo VI, la Iglesia cristiana de Oriente celebraba la asunción de la Virgen y la Iglesia de Roma, desde el siglo VII. En el actual calendario litúrgico, esta fiesta corresponde al 15 de agosto, fecha en la que se realizan los festejos patronales.
La primera dedicación de la catedral a la Virgen en su gloriosa asunción al cielo tuvo lugar en 1656, y fue realizada por el arzobispo de México Mateo Zaga de Bugueiro, y es por esta razón que cuando se mira de frente la Catedral, se aprecia encima de la puerta central una escultura enclavada en la fachada, de formato rectangular, y que posiblemente realizada en mármol hacia 1675.
En la sacristía, hay una pintura de gran formado, realizada por Juan Correa en 1689, titulada La Asunción de la Virgen, en la que se ve como un grupo de ángeles la conducen hasta la Gloria, donde su Hijo, Jesucristo, le da la bienvenida y le tiende la mano.
Otra pintura más con el mismo tema, realizada al óleo sobre tela, está en la Capilla de Nuestra Señora de las Angustias de Granada; es de autor anónimo y fue realizada en el segundo tercio del Siglo XVIII.
Hay una más, titulada La Asunción, se encuentra en la Capilla de San Cosme y San Damián, y está firmada por Aurora L. de Góches: es de tiempos más modernos.
En el altar principal, sobre un pedestal, hay una escultura un poco más grande del tamaño natural, que representa a la Virgen María asunta a los cielos; es de madera tallada, dorada, estofada y policromada. Otras esculturas más se encuentran representadas en la reja del coro, en su facistol y en la sala capitular.
Esta advocación mariana no es la única que se encuentra representada en los altares y en las 16 capillas de la Catedral de México, donde también está la Virgen de Guadalupe, en distintas ocasiones, la Virgen de la Soledad, La Dolorosa, la del Carmen, la del Pilar de Zaragoza, la Virgen de la Confianza, y muchas otras más que la representan en algunos pasajes bíblicos, como en la infancia de Jesús, la Adoración de los pastores y de los magos de oriente, en el taller de Nazareth, la Anunciación, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, y al pie de la cruz. e incluso, hay una Madona que fue realizada por el pintor español Bartolomé Esteban Murillo.
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