La Iglesia en México, a través de Cáritas Mexicana continúa respondiendo a la emergencia provocada por el paso del Huracán Otis en la Arquidiócesis de Acapulco.
En un comunicado, Cáritas Mexicana explicó que hace algunos días realizó un análisis de evaluación de las principales necesidades de los damnificados por el fenómeno natural.
“De acuerdo con la intervención de Cáritas Mexicana en el territorio diocesano, se estableció que la respuesta a la emergencia, como federación nacional, esté focalizada en seguridad alimentaria, acceso a agua potable, saneamiento e higiene y establecimiento y recuperación de espacio habitables”.
“Esto con el objetivo de recuperar las condiciones de vida de acuerdo a los estándares mínimos humanitarios”.
De acuerdo con la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la cifra de fallecidos a causa del Huracán Otis es de 47 personas y 48 personas no localizadas; además, cientos de miles de personas en la entidad resultaron afectadas.
Durante los últimos días de octubre, Cáritas Mexicana realizó evaluaciones de daños y necesidades en 5 colonias y 4 comunidades del municipio de Coyuca de Benítez identificados con afectaciones por los párrocos de la arquidiócesis de Acapulco.
De acuerdo con el balance realizado en dichas comunidades la gran mayoría de los habitantes de dichas zonas han sufrido algún tipo de afectación, especialmente el abastecimiento de agua (94.59% de las respuestas), la energía eléctrica (91.89%), las telecomunicaciones (89.19%) y los servicios de salud (86.49%).
“Hasta la fecha, se tiene establecido un centro operativo y 2 centros de acopio para la recepción de donativos e insumos humanitarios”.
“Cáritas Mexicana está coordinando el establecimiento de centros de acopio para la recepción de múltiples donativos y asegurar la gestión coordinada, segura y de calidad de los donativos, asegurando el alcance máximo a las personas afectadas”.
En respuesta, la Arquidiócesis de Acapulco ha agradecido el apoyo que presta la Iglesia en México a través de Cáritas Mexicana y aseguró que, como dice el informe, Acapulco continúa en emergencia.
“Tenemos necesidad de agua potable, alimentos, medicamentos, etcétera. Todavía no ha llegado la luz en muchas partes y el calor ha estado muy intenso”, dijo el padre Alfonso Sánchez Quevedo, Vicario de Pastoral.
El presbítero reveló que la Iglesia local no ha dejado de brindar auxilio a los afectados.
“Muchas parroquias han abierto su comedor comunitario y también de parte del ejército y marina, y algunos particulares, han distribuido alimentos en algunas partes”.
“El pasado domingo hubo más afluencia de personas en las Misas dominicales, a diferencia del domingo anterior, y el ambiente se respira más tranquilo y esperanzador”.
Por último, el padre Sánchez Quevedo llamó a los fieles católicos a seguir orando por los damnificados de Acapulco.
“Agradezco a todos los esfuerzos que están realizando desde sus Diócesis y nos seguimos encomendando a sus oraciones”, finalizó.
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