Este martes 29 de junio de 2021, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, fueron ordenados 5 nuevos sacerdotes para la Arquidiócesis primada de México, en la Basílica de Guadalupe.
Ellos conforman la ‘Generación Covid’, pues se ordenaron tanto diáconos transitorios como sacerdotes durante la pandemia de Covid-19.
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Al final de la Misa y a nombre de sus compañeros, el padre Jorge Valdez González pronunció este mensaje de agradecimiento:
Señores Obispos Auxiliares
Padres formadores del Seminario Conciliar de México
Padres de la Comunidad Cruzados de Cristo Rey
Hermanos Sacerdotes y Diáconos
Familias
Comunidades parroquiales
Cuando fuimos llamados para ser sacerdotes decidimos responder a Dios llenos de gozo, porque la inmensa gracia de Dios y el deseo de hacer su voluntad imperaba en nuestro ser. En este momento, después de algunos años, en los cuales Él mismo se ha encargado en formarnos para seguir sus pasos; nuestro corazón resplandece con la misma alegría con la cual iniciamos este caminar. No es de extrañarnos que el caminar no ha sido fácil, hubo muchos momentos de pruebas y sabemos que la promesa de Cristo es que, a quien lo siguiera a Él, le correspondería al ciento por uno, y junto con ello vendrían persecuciones. Sin embargo, somos conscientes de que todas las pruebas han sido para nuestro crecimiento personal. Estamos dispuestos a entregar nuestra vida entera en el ministerio que se nos acaba de conferir con el auxilio divino y la oración de todos ustedes.
Hoy, estos cinco Neo-Presbíteros agradecemos de todo corazón a Dios, por habernos elegido de entre su pueblo, considerando que Él nos conoce y ha confiado en nosotros. En este día hacemos nuestras las palabras del Apóstol Pablo: «Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí; y mientras vivo en esta carne, vivo la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí» Gal 2,20. Es cierto, su amor es tan inmenso que nos ha mirado con ojos de misericordia a cada uno de nosotros, pues, por encima de nuestra debilidad, ha confiado en estos servidores un tesoro tan grande y sublime, que es el Sacerdocio, por el cual, haremos presente a Cristo por medio de nuestra persona.
Agradecemos a Dios por usted Sr. Cardenal, por su testimonio y cercanía, pues constantemente nos ha sabido guiar y externar su deseo de que seamos uno en Cristo. La fortaleza de su persona nos ha edificado y por eso también agradecemos de manera fraterna su presencia, le aseguramos nuestra estima, obediencia y oración. En particular, hoy lo felicitamos y elevamos nuestra oración por su 24° aniversario de Ordenación Episcopal, para que el Señor siga haciendo fecundo su ministerio.
Asimismo, agradecemos de todo corazón a nuestro querido Seminario Conciliar de México, nuestra Alma Mater. A la casa que nos ayudó a formarnos y a configurarnos cada día con Cristo Buen Pastor. Gracias padres formadores por su testimonio, sus consejos y correcciones, los cuales nos formaron en la integridad de nuestras personas. Que el Señor les conceda lo que más anhela su corazón y los asista en su ministerio, para que sigan acompañando a los futuros pastores de nuestra Iglesia. También agradecemos a nuestros hermanos seminaristas por su amistad y cariño; les animamos a perseverar fieles hasta el final en el camino de la formación sacerdotal
A nuestros familiares y amigos, gracias por su cercanía; ustedes son parte y sustento de nuestra vocación. Pues a pesar de las adversidades y limitaciones han sido, son y seguirán siendo el faro que ilumina nuestro caminar. Que el Señor les recompense todo aquello que nos han dado a manos llenas.
Por último, agradecemos a todas las comunidades parroquiales, que nos abrieron sus puertas y su corazón a favor de nuestra formación, pues en cada uno de ustedes encontramos la fecundidad del Evangelio. Hoy, ustedes podrán ver en nosotros a Cristo Buen Pastor, que vino a servir y curar sus heridas. Les suplicamos que continúen orando por nosotros en el inicio de nuestro ministerio sacerdotal y los invitamos a que oren y promuevan las vocaciones en sus comunidades.
Cabe mencionar que no es sencillo hoy en día ser sacerdote, pero con todas las pruebas de amor que Dios ha derramado para con nosotros. Solo nos queda constatar ante la Iglesia aquellas palabras de la carta a los filipenses: «todo lo puedo en aquel que me conforta». Fil 4,13
¡Muchas Gracias!
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