Durante el rezo del Regina Coeli de este martes 14 de abril, monseñor Salvador González, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, hizo una reflexión sobre la Cuarta Estación del Vía Lucis, en la que Pedro y Juan encuentran el sepulcro vacío, tras una carrera espontánea que hacen en su búsqueda, misma que revela el amor y la veneración de sus discípulos, y hoy nos hace pensar en el ansia de la Iglesia por buscar los signos visibles del Señor.
Puedes leer: Guía para la reflexión de la Segunda Estación del Vía Lucis
“Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte”. (Jn 20,3-10)
A través de la meditación, la oración y la contemplación de la anterior lectura del Evangelio, podemos preguntarnos lo siguiente:
Puedes descargar una guía para la meditación de la Cuarta Estación del Via Lucis: aquí
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