El barrio de la Lagunilla, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, está de luto por la muerte del sacerdote José de los Santos Aguilera, conocido cariñosamente como el “padre Chepito”, pues la noche de este miércoles 1 de julio fue llamado a la Casa del Padre. Su muerte se debió a complicaciones por COVID-19, confirmó la Arquidiócesis de México.
Oriundo de Tabasco y perteneciente a la Sociedad de los Hermanos de Cristo, el padre José de los Santos se desempeñaba como rector del templo de Nuestra Señora del Carmen, en el Centro Histórico, cargo que ocupaba desde el 18 de junio de 2013. Desde el primer día como rector recorrió las calles del barrio para conocer y vivir la realidad de la comunidad. Eso le ganó el aprecio de la comunidad.
“Le decíamos cariñosamente padre Chepito porque era bajo de estatura, pero con un gran corazón y amor a su vocación. Donde quiera que se paraba, la gente siempre le daba muestras de cariño, él nunca negó una sonrisa, un consejo o su ayuda, por eso yo le decía que era el “Apóstol del barrio“, recuerda su amigo, el padre Fortunato Cruz, párroco de la Divina Institución, en Tepito.
El padre Chepito no le negaba la bendición ni siquiera a los rateros, recuerda entre risas el sacerdote. “Una vez llegó a mi parroquia muy asustado, pues lo acaban de asaltar a punta de pistola. Le dijo al ladrón que era sacerdote, pero obviamente no le importó, y entonces le tuvo que entregar el poco dinero que traía consigo, y el celular. Entre risas, me comentó que le había dicho al ratero: ‘Que te vaya bien’, y le dio la bendición. Así era Chepito”.
Tal vez, la amistad entre ambos sacerdotes se dio por ser paisanos tabasqueños o por las vicisitudes de ambos al estar en barrios con amplio comercio ambulante; sin embargo, era una amistad y fraternidad sincera.
El padre Fortunato Cruz comenta que la última vez que lo vio fue días antes de que se determinara que las Misas se llevarían a cabo sin la presencia física de fieles debido a la pandemia.
“Llegó apresurado a verme porque le urgía hablar conmigo. Encerrados en mi oficina, sacó de su mochilita un par de cervezas, y me dijo: ‘No sé cuándo nos volveremos a echar una, pero quería venir a brindar contigo’. No lo volví a ver, sólo por teléfono pude dar seguimiento a su enfermedad”, dijo el sacerdote, con la voz entrecortada.
El padre Arturo Barranco, Vicario Territorial de la IV zona pastoral de la Arquidiócesis de México, comenta que es una lamentable pérdida, y que el padre De los Santos, que pertenecía a la Sociedad de los Hermanos de Cristo, era un sacerdote muy querido en su comunidad.
“La recuperación por COVID-19 se complicó porque él ya padecía de diabetes; no obstante, desde su ingreso al Hospital General, las muestras de cariño no se hicieron esperar, sobre todo la solidaridad de los sacerdotes, quienes le donaron medicamentos, al igual que personas de la comunidad de la Lagunilla”.
El sacerdote estuvo intubado por 10 días y mostró una mejoría en su oxigenación; sin embargo, sus riñones quedaron lesionados y finalmente su cuerpo no pudo resistir las secuelas del coronavirus, explicó el padre Barranco.
Para pedir a Dios por el padre José de los Santos, a las 17:00 horas de este jueves 2 de julio, Mons. Carlos Samaniego, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, presidió una Misa en la Parroquia de Nuestra Señora Aparecida de Brasil. Se fue en la página de Facebook de la parroquia y replicada en el Facebook del Templo de Nuestra Señora del Carmen.
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