El cardenal Carlos Aguiar Retes inició su ministerio episcopal en la Arquidiócesis de México el 5 de febrero de 2017, por lo que este domingo, presidió una Misa de acción de gracias en la Basílica de Guadalupe, por su quinto aniversario como Arzobispo Primado.
Durante la Misa estuvieron presentes miembros de la Vida Consagrada de esta Iglesia particular, pues si bien la Jornada de la Vida Consagrada a nivel mundial tuvo lugar el pasado 2 de febrero, Día de la Candelaria, en la Arquidiócesis de México se trasladó a este domingo para hacer coincidir ambas celebraciones.
Durante la Misa se pidió por el cardenal Carlos Aguiar Retes, quien no solamente está celebrando 5 años como Arzobispo Primado de México, sino también 25 como obispo y 50 años de sacerdocio, motivo por el cual se vive un año jubilar.
Tras la felicitación a cargo de monseñor Carlos Samaniego López al término de la Eucaristía, el cardenal Aguiar pronunció en tres ocasiones la frase-convicción que ha venido repitiéndose en cada parroquia que ha recibido la visita pastoral del Arzobispo y sus Obispos Auxiliares: “Cristo vive, en medio de nosotros”.
Posteriormente, el Cardenal externó: “Ese es mi mejor regalo: que caminemos juntos, manifestando a Cristo, en medio de nosotros“.
Antes, durante su homilía, al comentar el Evangelio de este domingo, en el que Jesús pide a sus discípulos que brille la luz de ellos para que los hombres den gloria a su Padre, el cardenal Aguiar Retes aseguró que la misión de ser sal y luz, de darle sabor a la vida humana y de iluminar el camino para que esa vida humana sea satisfactoria y plena, es tarea para todos los cristianos, y de manera especial de todos los miembros de la Vida Consagrada, quienes con diferentes carismas ejercitan la caridad en favor de sus hermanos.
“Hoy te pedimos que acompañes a tus queridos hijos e hijas que han consagrado su vida, siguiendo uno de tantos carismas, que el Espíritu Santo ha derramado en favor de la Iglesia. Muchos de ellos hoy aquí presentes”, dijo a los pies de la sagrada imagen de la Morenita del Tepeyac.
En tanto, las intenciones de la Eucaristía fueron leídas por miembros de diferentes congregaciones religiosas.
Mons. Carlos Samaniego, quien acompaña a la Vida Consagrada en la Arquidiócesis de México, explicó que los diferentes carismas son un don del Espíritu Santo con el cual la Iglesia se enriquece y se alegra. “Queremos poner todos los carismas al servicio de una Iglesia sinodal”, dijo.
La Misa también fue concelebrada por el obispo auxiliar Francisco Javier Acero, miembros del Venerable Cabildo de Guadalupe y sacerdotes religiosos.
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