En la Ciudad de México existen dos basílicas: la de Nuestra Señora de Guadalupe en el Tepeyac, y la de San José y Nuestra Señora del Sagrado Corazón, que es una Basílica Menor y se encuentra en la calle de Ayuntamiento 29, en el Centro Histórico.
La riqueza histórica de este templo es enorme. Habría que recordar que México Tenochtitlan tenía cuatro barrios, y después de la conquista en 1521, el antiguo barrio de Moyotlan, que estaba al sur, cambió de nombre a San Juan Bautista Moyotlan, que era el más poblado por indígenas, y por lo mismo fue la sede de la residencia del gobernador indígena de esta parcialidad.
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Cada uno de los cuatro barrios tenía una capilla, y en este caso, le correspondía la de San José de los Naturales que estaba adjunto al convento grande de San Francisco, en la actual calle de Madero. San José de los Naturales fue una fundación de Fray Pedro de Gante quien llegó a Nueva España en 1523, es decir, un año antes de que llegaran los 12 primeros misioneros franciscanos.
Este fue el primer plantel escolar creado por españoles dedicado a la enseñanza de los indígenas, donde podían aprender artes y oficios. Es digno de destacar que esta importante obra misionera y alfabetizadora haya sido puesta al amparo de San José, protector de la Iglesia, como él también lo fue de la Sagrada Familia.
En 1769, aquella primitiva iglesia fue demolida y en 1772 se comenzó a construir un nuevo templo diseñado por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres quien adoptó el estilo neoclásico, bajo el gobierno pastoral del arzobispo Francisco de Lorenzana, quien hizo una profunda reforma eclesial y traslado la primitiva parroquia de San José de los Naturales a esta nueva que fue consagrada en 1792. A partir de esa fecha, los franciscanos dejaron de atenderla y pasó a manos del clero secular.
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El 19 de junio de 1856 el nuevo templo resultó dañado por un sismo y hubo necesidad de repararlo, por lo que fue cerrado al culto, pero volvió a abrió sus puertas el 1861, aunque las leyes de reforma lo despejaron de la amplitud de su atrio.
El 9 de febrero de 1931, la iglesia fue declarada monumento histórico y quedó inscrita en el catálogo de monumentos, y, por lo tanto, como uno de los bienes nacionales de especial valor, en este caso, quedó inscrito a la actual Delegación Cuauhtémoc.
Nunca perdió su importancia este templo que fue testigo de grandes acontecimientos, y por ello, San Juan Pablo II, el 15 de enero de 1993, quiso hacer un obsequio a México y le concedió el título de Basílica Menor, y quedó dedicado a San José y a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Los sismos de 2017 volvieron a dañar al templo y actualmente se encuentra en reparación. Es un templo que tiene valor artístico, pero, ante todo, está ligado a la historia de la evangelización en nuestro país.
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