La emergencia sanitaria por el coronavirus COVID-19 ha puesto en tensión a los sistemas de salud de los distintos países, pero no sólo eso, sino que ha afectado económicamente a millones de personas, muchas de ellas en situación de pobreza.
Es el caso del asilo de ancianos en Iztapalapa, Ciudad de México que dirige el Pbro. José Guadalupe Jiménez, a quienes sus conocidos llaman el padre Lupillo. Las consecuencias económicas de la pandemia están afectando de forma severa este lugar que desde hace 26 años fundó el sacerdote en la Parroquia de la Asunción de María, en la colonia Aculco.
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“Son 19 personas a mi cuidado, la más grande tiene 98 años y el menor tiene 35 años, es una persona con discapacidad; una buena parte de ellos han sido abandonados por sus familias, entonces, prácticamente vivimos de la caridad, por ello apelo al corazón de la gente, para poder sostener a los abuelitos y pagar los sueldos de las personas que me ayudan a cuidarlos”, señala el párroco en entrevista.
Chucha fue la primera anciana que llegó a pedir cobijo, pero poco a poco se corrió la voz en el barrio y fueron llegando más adultos mayores a pedir ayuda al padre Lupillo. Debido a que el número de personas iba en aumento, acondicionó un espacio en la parroquia como asilo.
“Estoy muy estresado por la situación que vivimos, tengo la seguridad que Dios va a encontrar la manera de socorrernos y lo ha hecho; sin embargo, en este tiempo de pandemia la carencia es pareja, pocas personas nos han donado despensas, otro más nos abasteció de carne. Se los agradezco en el corazón, pero también necesitamos aportaciones de dinero, pues hay gente que me ayuda a cuidar a los viejitos y ellos también necesitan su sueldo para sostener a sus familias y con la iglesia cerrada, no tengo para pagarles”, explica.
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Asegura que el dinero es lo más apremiante dada la situación de sus colaboradores y también para pagar los servicios de la parroquia y cubrir alguna emergencia. Asimismo, pide la donación de algunos medicamentos como paracetamol, para infecciones estomacales, para la gripa, para controlar el nivel de triglicéridos, pañales desechables, artículos de aseo personal y productos de la canasta básica.
Para el sacerdote, la pandemia de COVID-19 dejará muchas lecciones de humanidad, “si no lo entendemos así, entonces vamos a seguir igual o peor. Esto es para que meditemos y cambiemos”.
El padre también hizo un llamado a la población a cuidarse y seguir las medidas de las autoridades de salud, sobre todo si viven con poblaciones vulnerables, como los adultos mayores. “Aunque estemos en esta situación, Dios está presente, está vivo”.
Puedes hacer un donativo económico
-A la cuenta de Bancomer 011 355 5909 a nombre de José Guadalupe Jiménez.
-O por medio de la Clabe Interbancaria 012180001135559090 a nombre de José Guadalupe Jiménez.
También puedes enviar ayuda o acudir a la Parroquia de la Asunción de María, Veracruz 104, esq. Río Churubusco, Col. Aculco, Iztapalapa.
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