En un ataque a dos iglesias -que la justicia española ya investiga como un atentado terrorista- un hombre armado con un machete asesinó a un sacristán e hirió a tres personas, entre ellas a un sacerdote salesiano que se encuentra hospitalizado en estado grave.
Los hechos ocurrieron en la ciudad de Algeciras. De acuerdo con testimonios recabados por el diario El País, un hombre identificado como Yasine Kanjaa, de 25 años y de origen magrebí, ingresó a la capilla de San Isidro, en el centro de Algeciras, he hirió gravemente al sacerdote .
Inmediatamente después se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de Las Palmas, ubicada a menos de 200 metros de distancia, donde se celebraba la Santa Misa, y comenzó a destruir las imágenes.
Cuando el sacristán Diego Valencia le pidió que se marchara, el atacante se tornó más violento, lo alcanzó y atacó hasta asesinarlo.
El padre Juan José Marina, párroco de dicha iglesia, aseguró en entrevista con la Cadena Ser que, posiblemente, el ataque iba dirigido hacia él.
“Diego pensaba que era una de estas personas que de pronto suben al altar para tirar las cosas, pero de pronto supongo que vio que tenía un machete bastante grane y se fue por él”.
“Diego era mis pies y mis manos. Para mí Diego ha sido un hombre fiel y posiblemente esta muerte iba para mí y se la ha encontrado él”, relató el presbítero.
La policía española logró detener al atacante, que se escondió en una ermita cercana y la Fiscalía de la Audiencia Nacional ya investiga el hecho como un presunto acto terrorista.
En un comunicado, la Casa Salesiana de Algeciras, confirmó que el estado de salud del sacerdote de 74 años es grave, aunque se mantiene estable, “gracias a la rápida actuación de los equipos médicos”.
“Agradecemos las atenciones, al igual que las numerosas muestras de afecto y los mensajes interesándose por su situación. En las próximas horas se informará sobre su evolución tras la intervención a la que será sometido tras las heridas recibidas”.
“Desde la comunidad salesiana nos unimos en oración en estos momentos de tristeza y queremos mostrar nuestras condolencias por el fallecimiento del sacristán Diego Valencia, al mismo tiempo que condenamos los hechos ocurridos”.
La Conferencia Episcopal Española expresó conmoción y condenó “toda forma de violencia, que no puede tener lugar en la sociedad en la que vivimos”.
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