La Iglesia Católica ha aceptado, como de origen sobrenatural, las apariciones de la Virgen de Fátima ocurridas en 1917, junto con sus revelaciones (“secretos”). Una parte del mensaje de la Virgen de Fátima tiene que ver con los errores de Rusia, y por ello, tras la operación militar que este país ha iniciado en Ucrania, muchas personas han buscado ligar ambos hechos.
Lo primero que tenemos que recordar es que las apariciones ocurridas en Cova de Iría, Fátima, en la segunda década del siglo XX, fueron bien documentadas, no sólo por católicos, sino también por comunistas y masones, por autoridades eclesiásticas y civiles, y confirmadas por numerosos testigos y abundantes milagros, que aún en nuestros días causan mucho interés.
Lucía, una de las videntes de Fátima, decía que se trataba de un solo “secreto” con tres partes. Ella los escribió por orden del Obispo de Leiria y con el permiso de Nuestra Señora de Fátima.
Las dos primeras partes del mensaje fueron dadas a conocer en los años cuarenta del siglo pasado; la tercera parte, Lucía la escribió el 3 de enero de 1944 y quedó en un sobre lacrado con el Obispo de Leiria, quien, para tutelar mejor el “secreto”, el 4 de abril de 1957 lo entregó al Santo Oficio (hoy Congregación para la Doctrina de la Fe).
El 17 de agosto de 1959 S.S. Juan XXIII tuvo en sus manos la tercera parte del mensaje, pero afirman que no abrió el sobre. Parece ser que fue S.S. Pablo VI quien leyó su contenido el 27 de marzo de 1965, devolviendo el sobre al Archivo del Santo Oficio, con la decisión de no publicar el texto.
Después del atentado del 13 de mayo de 1981, S.S. Juan Pablo II leyó el texto y lo dio a conocer hasta el 26 de mayo del año 2000.
Esto se encuentra en la segunda parte del mensaje, y habla de la previsión de los enormes daños que causarían los “errores” de Rusia, esto es, que en su defección de la fe cristiana y en la adhesión al totalitarismo comunista, provocaría grandes daños a la humanidad.
Para evitar las trágicas consecuencias de estos errores, la Virgen María pidió que el Santo Padre, junto con los obispos del mundo entero, consagraran a Rusia a su Inmaculado Corazón; también pidió la Comunión reparadora de los primeros sábados de mes.
El secreto habló igualmente de las guerras con las que Dios castigaría al mundo si no se atendiera a sus peticiones y de las persecuciones que sufriría la Iglesia Católica.
En un artículo publicado en Desde la fe por el P. Rogelio Alcántara, titulado Secretos de la Virgen de Fátima: ¿qué son y cómo entenderlos?, el P. Alcántara explica que existen algunos puntos controversiales en relación a la interpretación de los “secretos”.
De ellos –escribió– es si se ha hecho o no la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón tal como lo pidió la Virgen María, pues dicha consagración, con la penitencia y comunión reparadora, impediría que los errores de Rusia se propagaran.
Aunque el tema es aún controvertido -refiere ahora en entrevista el P. Alcántara- nos surge una pregunta crucial, por los acontecimientos de los que hoy somos testigos: el mensaje de Fátima, recibido hace más de un siglo, ¿todavía puede darnos luz sobre estos acontecimientos? La respuesta es positiva.
Explica: “Los errores ideológicos derivados y propagados por el comunismo han destrozado, y lo siguen haciendo, a miles de personas y naciones enteras, lo cual nos fue advertido por la Virgen en Fátima”.
“Estos errores –continúa– tienen a la base la soberbia de aquellos que quiere imponerse dominando y sometiendo a los demás, porque, simple y sencillamente, no están dispuestos a perder el poder, el tener y el placer en el que viven, y para lograrlo son capaces de pasar por encima de los demás, aun a costa de la vida de millones y de la soberanía de países enteros”.
Asegura el P. Alcántara que los errores del comunismo se han esparcido -“como nos advirtió la Virgen en Fátima”-, y ahora no están sólo en un país, están en el corazón de muchos en todo el mundo: son las ideologías actuales, contrarias a la verdad, contrarias al Evangelio, que trabajan día y noche contra la verdad de Dios inscrita en la naturaleza humana y predicada durante siglos por la Iglesia Católica”.
Para el ex responsable de la Doctrina de la fe en el Arzobispado de México, el mensaje de Fátima es muy actual y nos anima a la oración y la penitencia, “porque si con ello logramos vivir en la verdad, tendremos paz en el corazón, una paz que podremos compartir con los que nos rodean y una paz que podremos impetrar al cielo para toda la humanidad”.
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