La Santa Sede tuvo ingresos por 248.4 millones de euros en 2020, pero registró un déficit de 66.3 millones de euros, debido a la pandemia de Covid-19, es decir, que sus gastos fueron mayores que sus ingresos, informó en su balance económico presentado este sábado.
Pese al año de pandemia, las pérdidas fueron menores a las esperadas, informó el padre Juan Antonio Guerrero Alves, Prefecto de la Secretaría para la Economía, en entrevista con Vatican News.
“Con todo lo acontecido, fue mejor de lo que esperábamos”, afirmó. Debido al covid-19, la Secretaría para la Economía anticipaba un déficit de 68 millones de euros y, en el peor escenario, uno de 146 millones de euros.
“Es un bello gesto que algunos dicasterios hayan reducido gastos en muchas cosas, mientras que los que están más en relación con iglesias necesitadas, hayan aumentado contribuciones a Iglesias en necesidad por motivo del covid, a veces disminuyendo su patrimonio, como es el caso del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral”, explicó el prefecto.
Fue un año difícil que obligó a los dicasterios vaticanos a reducir gastos, pero se dio más ayuda a las iglesias de los países más afectados por la pandemia. Además, la Santa Sede realizó un desembolso de 6.7 millones de euros en gastos relacionados con el covid.
El sector más afectado de la Santa Sede fue el llamado comercial, es decir, los museos que dependen de la Santa Sede y las catacumbas, los cuales tuvieron que estar cerrados por las medidas sanitarias.
El Vaticano también publicó por primera vez información sobre sus propiedades inmobiliarias, las cuales son 4,051 propiedades en Italia y 1,120 en el extranjero, sin incluir sus embajadas, dio a conocer el diario El Mundo.
Sólo alrededor del 14% de sus propiedades en Italia fueron alquiladas a precios de mercado. El resto se alquilaron a precios reducidos, y alrededor del 40% son edificios institucionales como escuelas, conventos y hospitales.
Estos datos se dieron a conocer como parte de un esfuerzo de la Santa Sede para transparentar cada vez más sus finanzas.
“El tiempo dirá en qué medida el covid ha cambiado nuestros modos de trabajar, celebrar y estar juntos. Y como ya decía antes, el covid nos ha dado la posibilidad de poder prestar una ayuda nueva en un momento de dificultad para toda la humanidad, haciendo a la Iglesia presente en las zonas con menos recursos para enfrentar la pandemia”, agregó el padre Juan Antonio Guerrero Alves, Prefecto de la Secretaría para la Economía, en entrevista con Vatican News.
“La economía ha ido peor, pero la misión se ha ampliado. Una muestra más de que los criterios que mueven a la Iglesia no son económicos”.
Estos números corresponden estrictamente a la Santa Sede, es decir, a la Curia Romana, que agrupa sesenta entidades al servicio del Papa en su misión de guía de la Iglesia, en su servicio de unidad en la caridad, es decir, de evangelización, comunicación, promoción del desarrollo humano integral, educación, ayuda a las Iglesias en dificultad y formación del clero, etcétera.
No forman parte de la Curia: el Estado Vaticano, el Óbolo de San Pedro, el Instituto para las Obras de Religión y las fundaciones que colaboran con los dicasterios. Cada una de ellas presenta sus balances a las autoridades correspondientes.
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