Una bocanada de aire fresco y un llamado a recordar el compromiso cristiano. Eso y más será el 53°Congreso Eucarístico Internacional que se llevará a cabo del 8 al 15 de septiembre en Quito, Ecuador. Así lo cree el cardenal Baltazar Porras, designado legado especial del Papa, quien conversó en exclusiva con Desde la fe sobre este evento crucial para la fe de los latinoamericanos.
De origen venezolano, el prelado recordó que este congreso, que lleva por título: “Fraternidad para sanar el mundo”, se hace en el marco de un aniversario muy especial:
“Pienso que, así como Ecuador celebra los 150 años de su Consagración al Sagrado Corazón de Jesús, también existe en la mayoría de los países latinoamericanos la consagración a la Eucaristía, o a algún santo muy especial o particular, o estas advocaciones que son las que nos mueven a todos”, indicó.
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Sostuvo el cardenal que “así como en Venezuela, desde finales del siglo XIX fue consagrada al Santísimo Sacramento, en otras regiones lo han sido también a San José, y vemos lo que significa la profunda devoción mariana con tantas expresiones entre nosotros como la de la Virgen de Guadalupe (en México), Nuestra Señora de Aparecida (en Brasil) o la Virgen de Luján (patrona de Argentina)”.
Estimó Porras que “todo ello es un indicativo de esa fe que está metida tan profundo en la cultura latinoamericana”. No obstante, esto contrasta con una serie de “mensajes de odio, de guerra y de enemistad” que “no conducen al progreso material ni al bien espiritual de todos”.
En ese aspecto, el legado pontificio estimó que existe “un reto, un gran desafío que tenemos como creyentes y es el no dejarnos arrancar lo mejor que tenemos y debemos profesar: el amor a Dios y al prójimo, el cual debe manifestarse de tantas formas en nuestro quehacer cotidiano”.
Consultado con respecto a ¿qué representa el Congreso Eucarístico Internacional IEC 2024 en momentos cuando América Latina sufre una profunda convulsión sociopolítica?, monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo señaló:
“Ciertamente, es una bocanada de aire fresco para recordarnos lo que significa el compromiso cristiano. Gracias a lo que ha sido la reflexión posterior al Concilio Vaticano II y los mensajes de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida, lo que es el impulso que le ha dado el papa Francisco, desde nuestras raíces, ¡esta es una Iglesia en salida!”.
Destacó la necesidad de “aprender a mirar juntos la sinodalidad, la cual tiene una significación muy particular en estos momentos en nuestro continente: ¿Con quién hay que caminar? Con quien nos toca, no con quien queremos. Y muchas veces pueden ser personas con las cuales es difícil compartir”.
En tal sentido, consideró que “hay que abrir caminos a lo que es esa necesaria negociación, sin ceder en los principios fundamentales, pero sí en buscar lo que nos une y lo que debería ser el compromiso común: trabajar especialmente por la vida humana de todos, sin ningún distingo; trabajar por el bien, teniendo como centro a los más vulnerables y a los más débiles. Y desde allí, impulsar esa visión profética que desde siempre ha tenido la Iglesia, de forma que los derechos humanos, los derechos fundamentales para la convivencia fraterna, se hagan presentes en nuestro mundo”.
En lo referente a su participación en el esperado evento, dijo: “He tenido la dicha y la gracia de recibir el encargo del papa Francisco y ser su legado pontificio en el congreso eucarístico que se realizará en Quito, Ecuador, del 8 al 15 de septiembre próximo”.
Es una de las instituciones más famosas de la Iglesia Universal, que desde finales del siglo XIX se realiza para resaltar la fe católica en torno a la Eucaristía, como parte de un compromiso con el prójimo, los derechos humanos y la vida”.
Del mismo modo, el arzobispo destacó la “religiosidad popular tan fuerte que existe en nuestras regiones latinoamericanas, entre las cuales Ecuador es uno de los mejores exponentes, puesto que allí las tradiciones y los distintos movimientos religiosos tienen una gran presencia, tanto en materia de prelados, sacerdotes y congregaciones religiosas, como en el ámbito secular; y llevan en común un profundo sentido de cercanía”.
“Siento que es también para mí un regalo el poder llevar y compartir lo que esta fe nos ha dado; al igual que la cultura como pueblo andino que es, en buena parte también, el pueblo venezolano”, agregó.
Por otra parte, se refirió al documento base, disponible en español en el sitio oficial del Congreso Eucarístico.
El cardenal Baltazar Porras sostuvo: “Veo muchas referencias en este mensaje del Santo Padre de la Iglesia universal a la Eucaristía como centro de la fraternidad, como el evento clave para que nos entendamos los seres humanos en medio de las circunstancias tan conflictivas que vive en estos momentos el mundo entero”.
“Por ello, pues, envío un saludo muy cordial, unidos en la oración, en el afecto, en la alegría y en la esperanza de poder compartir con tanta gente que en estos días enriquecerá en la fe a todos”.
Para inscribirse en el Congreso Eucarístico debe llenarse un formulario en línea, al cual se puede acceder aquí
En cuanto al simposio, las inscripciones tendrán un cupo limitado y estarán abiertas a partir del 2 de abril de 2024. Los organizadores han asegurado que se contará con traducción simultánea en varios idiomas: español, inglés, italiano, portugués y francés. Mientras que las transmisiones serán emitidas de forma virtual a través de canales oficiales.
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