Raúl Berzosa, el afamado pintor español del Vaticano, fue el encargado de realizar la imagen de la Virgen de Guadalupe de Extremadura que a partir de este domingo será venerada en el Templo del Tepeyac y en dicha obra estampó una serie de elementos referentes a México.
En entrevista con Desde la fe, Salvador Aguilera López, Presbítero de la Arquidiócesis de Toledo y Oficial de la Santa Sede, indicó que en el marco del acuerdo de hermanamiento entre las Basílicas de Guadalupe de México y España, monseñor Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo, pidió que se le encargara a Berzosa la realización dicha pintura.
En dicha obra, explicó Aguilera López, el pintor malagueño, considerado como uno de los pintores de arte sacro más importante e influyente del panorama internacional, plasmo elementos referentes al proceso de conversión de los pueblos originarios de América y a la Virgen de Guadalupe de México.
La pintura que pasará a formar parte del patrimonio artístico de la Basílica de la Virgen de Guadalupe de México, y que fue regalada por el Arzobispo de Toledo al Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, es un cuadro al óleo, de 1 metro x 0,73 centímetros.
En la obra, explicó Raúl Berzaso a Desde la fe aparece representada la imagen de la Virgen de Guadalupe de Extremadura ataviada con su manto más característico, blanco con bordados en oro, con “su rostro sereno y bello, y su inconfundible color caoba, su mirada materna y su Hijo Jesucristo Niño en el brazo izquierdo”. Detrás de ella se muestra su santuario extremeño, y en torno a él se muestra la localidad de Puebla de Guadalupe, donde surgió.
En el cuadro, además de que aparecen a modo de bordado en el vestido los escudos del Papa Francisco y de la Congregación de los Franciscanos, a los pies de la imagen de la Virgen, continuó el pintor español, se incluyó la pila bautismal del Real Monasterio, “en la que recibieron las aguas de la regeneración en Cristo” los dos primeros indios americanos que acompañaron a Colón tras su segundo viaje en 1498: Cristóbal y Pedro.
Durante la charla, Aguilera López recordó que en la visita que realizó en febrero pasado el Cardenal Carlos Aguiar Retes al Templo español en el marco de la firma del Acuerdo de Hermanamiento, le mostraron la pila bautismal, así como las partidas de bautismo posteriores a 1563.
“Le enseñamos las partidas de los primeros bautizos, porque hasta antes del Concilio de Trento no era obligatorio hacer los libros de partidas, por lo que los Jerónimos hicieron las partidas y es impresionante poder ver ese testimonios de los primeros bautismos”, indicó.
Raúl Berzaso indicó que en su obra incluyó una referencia directa a la Virgen de Guadalupe del Tepeyac, así como al mestizaje, este representado en dos ángeles que aparecen sentados a ambos lados de la Virgen de Extremadura.
“Arropados por el manto de Nuestra Señora aparecen dos ángeles niños, que sostienen dos cintas en sus manos. El de la derecha, una tela de color rojo que hace alusión a la Sangre que nos salva, a la Eucaristía que nos alimenta y al testimonio que se nos pide hasta dar la vida por Cristo.
“El ángel de la izquierda sostiene una tela de color blanco, signo del bautismo y de la efusión del Espíritu Santo, que nos regala una nueva vida. Pero también de esa tela blanca salen las rosas de María, como salieron de la Tilma de san Juan Diego, y aparecen apuntados los rayos que rodean a la sagrada imagen de Santa María que aparece retratada en el ayate”, explicó.
Sobre los angelitos, apuntó el artista, se decidió que fueran mestizos para recordar las palabras del Papa Francisco en el mensaje que envió el pasado 13 de febrero en el marco de la firma del acuerdo de hermanamiento entre los santuarios guadalupanos y en el que indicó que Guadalupe es “una advocación milenaria que ya en su raíz etimológica nos habla de mestizaje, de encuentro con Dios y con los hombres”.
Cabe destacar que entre las obras que ha realizado el afamado pintor Raúl Berzosa, se encuentra una pintura de san Juan Diego, en la que se le observa en el momento que despliega su Tilma y en ella se muestra la imagen de Nuestra Santísima Madre María de Guadalupe y un conjunto de rosas de castilla de diferentes colores.
Esa pintura, indicó Aguilera López, presbítero de la Arquidiócesis de Toledo, ha acompañado en dos años al Papa Francisco en las Misas que ha presidido en la Basílica de San Pedro para celebrar a la Morenita del Tepeyac.
“La importancia de que México tenga una obra de Raúl Berzosa, es porque es un gran pintor. Ha pintado para grandes lugares y obras de gran envergadura y creo que artísticamente es de gran importancia esa obra. Habrá gente que vaya a ver el cuadro porque es de Berzosa, porque él tiene muchísimos seguidores”, puntualizó Aguilera López.
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