Ahora que la Corte Constitucional de Colombia ha determinado que la práctica del aborto es legal hasta las 24 semanas de embarazo, cabe traer a colación el caso de Pau, el niño barcelonés que -no sin complicaciones- nació en junio de 2017 justo al cumplir ese tiempo de gestación.
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El caso de Pau -para fortuna del pequeño-, no se registró en Colombia en 2022, sino en España en 2017, y sus padres no opinaron que él era sólo un conjunto de células en el vientre, sino un bebé que merecía vivir. Y por eso hicieron todo lo que estuvo a su alcance para que el pequeño pudiera ver la luz y disfrutar del mundo.
Para las consideraciones de la Corte Constitucional de Colombia, Pau habría podido ser extraído del vientre, o bien dejado en él -según antojos-, porque al filo de los 6 meses se puede tomar una u otra decisión, sin siquiera considerar el principio fundamental de in dubio pro vita (ante la duda, la vida).
Xavier y Bárbara hoy son padres de dos hijos. En enero de 2017, decidieron llevar adelante su segundo embarazo sin importar que éste desde el inicio presentara complicaciones que mantendrían a Bárbara en reposos obligados e ingresos constantes en Maternalitat (una de las sedes del Hospital Clínic de Barcelona).
Fue al quinto mes cuando comenzaron las contracciones, por lo que Bárbara tuvo que ser ingresada una vez más. “Los doctores nos informaron de lo delicado de la situación y de los riesgos de un nacimiento tan prematuro”, señala Xavier, en entrevista para la periodista Dolors Massot.
Xavier explica que su esposa, a quien considera una mujer excepcional, con gran determinación hizo un absoluto reposo, sin moverse de la cama, para ganar el máximo tiempo posible. “Contábamos los días como victorias”, asegura.
Aún así, la situación se complicó, y el día 26 de junio, Bárbara le llamó a Xavier entre lágrimas, diciéndole que la bajarían de urgencia al quirófano, pues Pau ya venía y no podían esperar más. Xavier salió a toda prisa rumbo a la Maternitat y llegó justo para ver a su esposa un instante antes de que entrara en quirófano. Como no podía acompañarla, Xavi permaneció afuera.
Transcurridas 24 semanas de gestación, fue cuando el bebé nació, pesando apenas 700 gramos. Xavier tuvo la oportunidad de verlo de manera fugaz cuando lo llevaban por el pasillo de camino hacia la Unidad de Cuidados Intensivos, metido en una incubadora.
Xavier explica que, pese a toda la ayuda médica recibida, el bebé mantenía una muy baja saturación de oxígeno en la sangre, y sufría continuas y graves apneas. Luego de 48 horas, los médicos no vieron mejora en Pau, así que dijeron a los padres que ellos no podían hacer más nada, que ya dependía del bebé salir adelante, y que la próxima noche sería determinante.
Mientras Xavier iba en su motocicleta de vuelta a casa, con lágrimas en los ojos recordó a la mamá de un gran amigo, a Maruja, una mujer buena, valiente, generosa y de una gran fe, quien había muerto en el año 2013, tras llevar una vida de santidad.
“Maruja -pidió así Xavier su intercesión-, si estás allá arriba, ahora es el momento de que lo demuestres. Ahora es el momento para que cojas la mano de Pau y tires de él para que salga de esta”.
A la mañana siguiente, de vuelta a la Maternitat, Xavier miró a través de la ventana y vio con asombro que el monitor de la incubadora de Pau marcaba una saturación de oxígeno del 90 por ciento. Al entrar, los médicos le dijeron que durante la noche Pau había hecho un punto de inflexión y mejorado inexplicablemente… A partir de ahí la mejora fue continua”.
A los 98 días del parto, Xavier y Bárbara pudieron llevarse a casa a Pau, y de todos los probables efectos secundarios que les fueron advertidos por haber nacido a las 24 semanas de gestación, Pau no desarrolló ninguno. Así que al año de edad, el pequeño fue dado de alta por los médicos, quienes aseguraron que estaba en perfecto estado de salud.
De esta historia, Xavier está convencido de que Maruja ha jugado un importante papel, “Obviamente -dice-, siempre cabrá la duda de qué hubiera pasado si no le hubiera pedido a Maruja que tirara de Pau. Yo solo sé lo que le pedí y lo que sucedió, no necesito más”.
Con información de Aleteia (Entrevista concedida a la periodista Dolors Massot)
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