Comunicación, respeto, lealtad, disciplina y constancia son valores fundamentales para cualquier deporte en equipo, pero si se trata de la Selección Mexicana de Futbol, estos deben cumplirse a cabalidad, pues se trata del máximo evento del deporte más popular de México y el mundo. Pero para muchos deportistas, la oración no puede faltar. Esto lo sabe muy bien Alberto García Aspe, ex seleccionado nacional y hoy comentarista deportivo, quien jugó 3 Copas del Mundo y fue el primero en anotar gol en dos de ellas.
“Los jugadores están demasiado tiempo juntos -explicó a Desde la fe-, y si no tienes esos valores, puedes romper el juego de grupo”.
Aunque cada jugador tiene sus propias convicciones, la mayoría son católicos, por lo que comparten muchos valores, además de una espiritualidad común que les permite compartir la fe y la oración.
“Al menos en los mundiales que a mí me tocó jugar, siempre había un Padre Nuestro y un Ave María previo a que saliéramos al terreno de juego”.
Durante muchos años, García Aspe fue un gran referente del futbol nacional. Como integrante de la la Selección Mexicana participó en 86 partidos y anotó en 21 ocasiones.
Aunque fue criado en una familia católica y nunca dejó de creer de Dios, en alguna etapa de su vida hizo a un lado los valores aprendidos y comenzó a desviar el buen camino. Sin embargo, recapacitó, y en diversas ocasiones ha relatado un testimonio de conversión a partir de una complicación de salud de Rosy, su esposa, justo antes de la Copa Mundial de Futbol de Francia 1998.
Su esposa estaba al borde de la muerte; pero ocurrió un ‘verdadero milagro’: Rosy se recuperó, y él empezó a vivir los sacramentos, a ayunar, a rezar diariamente el Rosario en familia y a querer conocer mucho más sobre Jesús y María.
De manera que vivió el Mundial de Francia 1998 con mucha más fe que el de Estados Unidos 1994.
Cuando llegó a Francia junto con el equipo, García Aspe se dio cuenta de que había olvidado una imagen de la Virgen María que quería llevar consigo. “Tuve que hacer malabares para que me la pudieran llevar hasta allá”, recuerda.
Deseaba que la imagen estuviera en un pequeño altar en el área privada de la concentración de los jugadores. Cuando la imagen de la Virgen llegó, finalmente pudo hacerlo.
“A veces otros jugadores salían a saludar o a rezarle a la Santísima Virgen, y eso era padrísimo. La fe es muy importante. No sólo en el futbol, sino en la vida diaria”.
Señala que como jugador siempre se encomendó a Dios y a la Virgen. Desde joven tuvo lesiones importantes, pero hubo una de la que no podía salir; al contrario, se complicaba cada vez más, por lo que se sentía frustrado. Pero la fe le fue dando paz.
“Eso es lo primero que da la fe: paz. Siempre, antes de tomar una decisión importante, hacía oración para que el Espíritu Santo me iluminara; sobre todo cuando fui capitán, ya que es una responsabilidad muy grande”.
En cuanto a la selección actual, Alberto García Aspe espera que den la sorpresa en Qatar:
“Siento que la gente no tiene mucha esperanza en esta Selección. Pero hay muy buenos jugadores, así que hay esperanza no sólo de llegar al quinto partido, sino de conseguir más. Será importante empezar con el pie derecho ante Polonia, es un partido vital para la escuadra mexicana”.
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