De acuerdo con cifras de la Unidad Especializada de la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (2015), uno de cada siete adolescentes en México ha sufrido o conoce a alguien víctima de grooming.
El término -en español significa “acicalamiento”- se refiere al acercamiento de un adulto hacia un menor de edad por medio de internet, muchas veces con engaños, para crear lazos de amistad, ganar su confianza para obtener fotografías íntimas, abusar sexualmente de él o, incluso, con fines de prostitución.
“El acosador arma una estrategia, como si se tratara de una cacería, que comienza con el conocimiento del lenguaje de los menores, y domina los temas relacionados con videojuegos, apps, etcétera”, explicó la maestra Ana Cristina González Díaz, comunicóloga social y especialista en prevención de adicciones.
El primer paso -indica González Díaz- es identificar potenciales víctimas y establecer una relación de confianza, haciéndose pasar por un chico o chica de su edad. Así pueden conocer la personalidad y los problemas del adolescente o joven para establecer un vínculo emocional.
Según la Policía Cibernética, el acosador invierte de tres a seis meses en ganarse la confianza del menor, antes de hacer la primera insinuación sexual.
Cuando el niño le entrega su confianza y le comparte secretos, anécdotas y sentimientos -aunque estos no sean de índole sexual- el victimario utiliza el chantaje como herramienta para obtener lo que desea.
Leer: ¿Qué es la hipersexualización de tus hijos?
“Aquí, el menor ya se expuso, y el acosador puede decirle: ‘si no me mandas una imagen en cierta pose, entonces revelo tus secretos’. Esto es particularmente peligroso porque en esta etapa del desarrollo, el niño tiene pocas herramientas para enfrentar situaciones como éstas”, y puede ceder a la presión por miedo.
En los casos más extremos, el acosador puede sugerir una cita: “en este tipo de encuentros están expuestos a los abusos sexuales o incluso a la grabación o sustracción del menor con fines de explotación sexual o prostitución”.
Para evitar que los hijos caigan en estos engaños, los padres deben mantener una comunicación estrecha con ellos, y hacerles saber que pueden hablar de cualquier tema, sobre todo si alguien más los está presionando. De esta manera se les previene de los riesgos que implica compartir información en las redes.
“Debemos estar enterados de estos nuevos delitos para elaborar herramientas de prevención, y en caso de que suceda, denunciar para que las autoridades tomen las medidas necesarias para actuar”.
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.