Este domingo 25 de julio celebramos la primera “Jornada mundial por los abuelos y los adultos mayores”, convocada por el Papa Francisco.
Esta jornada se da aún en medio de una pandemia que ha sido un llamado de atención al mundo para cuidar y proteger a nuestros adultos mayores, aunque es una realidad que muchos de ellos no tienen quién les cuide.
Justamente este es uno de los objetivos primordiales de esta jornada: voltear a ver a los adultos mayores, a los cercanos y a los lejanos; a los que son parte de nuestra familia y a los que no lo son; a los que tienen servicios de salud y alimento, y a los que no los tienen.
En muchas ocasiones los adultos mayores sobreviven apenas con una pensión, pues sus facultades van disminuyendo, y ya no les es posible trabajar. Todos sabemos que lo justo sería que las personas de avanzada edad pudieran descansar y dedicar su vida a otras ocupaciones, más intelectuales y ricas en virtudes, sin preocuparse por sobrevivir.
¿Qué necesitamos los católicos para procurarles ese bienestar que merecen?
Justo para esto el Santo Padre ha convocado a esta jornada: para que cada uno de nosotros vea a su alrededor, a aquellos adultos mayores y abuelos que conocemos, y pensemos en ellos en torno a sus necesidades materiales y espirituales, pero además, para que aprovechemos ese tesoro intelectual que guardan en su mente y corazón, y que puede enriquecer nuestras propias vidas.
De esta manera, ellos seguirán sintiéndose amados y útiles. Además, en la Iglesia, ellos están llamados a una gran vocación en su experiencia y tiempo de trabajo intelectual: evangelizar a los menores.
En la política y el gobierno, así como en la universidad o en el teatro, los adultos mayores son llamados decanos, primeros actores, respetados y admirados. Es momento de trasladar esa admiración y respeto a la vida cotidiana.
Dice el Papa Francisco, “¿Quiénes, sino los jóvenes, pueden tomar los sueños de los mayores y llevarlos adelante?” Pero para ello, es necesario seguir soñando, juntos, y acercarlos al nuevo mundo, éste que ha cambiado de manera acelerada, y los jóvenes parecen dominar, pero necesitan fijar el rumbo y no repetir errores del pasado, sólo la experiencia de los mayores puede fijar ese rumbo.
Que esta Jornada traiga muchas bendiciones a cada familia y a cada persona de buena voluntad para que vayan al encuentro de sus adultos mayores, en muchas ocasiones abandonados o lastimados por quienes deberían velar por su integridad.
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.