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21 de julio de 2024
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SECCIÓN
VIDA Y FAMILIA
ESPACIOS SEGUROS
SEGÚN LA UNICEF, LOS CASTIGOS CORPO-
RALES en contra de niñas, niños o adoles-
centes, son aquellos donde, a partir de la
fuerza física, se inflige algún tipo de daño
en cualquiera de sus partes del cuerpo.
Diversas infancias en México han sido
educadas/domesticadas así. Incluso, algu-
nos adultos han llegado a definir estos
tratos como la mejor opción que pudieron
tomar sus papás para enseñarles los lími-
tes, de tal suerte que optan por hacer lo
mismo con sus hijos.
Lo cierto es que estos castigos no son
sólo dados con violencia física, también
van acompañados de tratos humillantes
altos en ofensas, insultos, ridiculizaciones,
amenazas, etcétera, por lo que el daño
además de quedar marcado en el cuerpo,
queda marcado en la memoria y la cons-
trucción mental sobre la abstracción del
mundo a partir de entenderlo con límites
rígidos o difusos, así como las formas de
“amor”, mediante el uso intencional de la
violencia por parte de uno de sus adultos
supuestamente, protectores.
Así pues, las niñas y los niños que crecen
conociendo únicamente la violencia como
método educativo, generan en sí mismos
baja autoestima, una deficiente autoimagen,
tendencia a sufrir de ansiedad o dificultad
para resolver problemas, depresión, repro-
ducción de violencia, entre otras.
Es por esto que resulta vital transformar
las maneras de crianza brindada a niñas
y niños para que sea positiva y bien tra-
tante, donde se generen habilidades de
empatía, autoconocimiento, apego seguro,
respeto, resiliencia, diálogo, regulación de
emociones y límites saludables.
Las niñas y los niños son personas que
necesitan saber desde su primera infancia
que son dignas de buenos tratos, que me-
recen respeto y recibir un amor que reco-
nozca su habilidad de amar con ternura.
Directora de la Comisión para la
Protección de Menores
COMISIÓN PARA LA PROTECCIÓN
DE MENORES PRESENTA A:
LIC. ZAIRA NOEMI
ROSALES ORTEGA
CASTIGOS CORPORALES Y
HUMILLANTES
EL
TEST
Te mostramos una virtud que puedes
practicar si estás cayendo en vanagloria.
¡ATENCIÓN!
POR ADELINA
REYES
¿SOY MENDIGO DE ATENCIÓN?
Envidia «Ámense cordialmente unos
a otros; que cada cual estime a los
otros más que a sí mismo» (Rm 12,10).
Haz una visita al Santísimo, medita estos versículos y deja ese “cofre de tesoros” a Sus pies,
recuerda que tu valor no está en él, si no en Jesús, quien te ama y dio la vida por ti.
Vanagloria «Me dijo: Te basta mi gracia; mi mayor fuerza se ma-
nifiesta en la debilidad. Mejor, pues, me regocijaré de mis debi-
lidades, para que me cubra la fuerza de Cristo.» (2 Cor 12,19).
El Papa recientemente nos habló de la envidia y la vanagloria; la
primera tiene su base en la relación de odio y amor: quiere el mal
del otro, pero en secreto desea ser como él. La vanagloria es una
autoestima inflada. Uno carece de empatía y no se da cuenta de que
hay otras personas en el mundo además de él.
Si obtengo algún logro me aseguro
de hacérselo saber a todos.
Me molesta cuando le dan reconocimiento
a alguien y a mí no.
Si ayudé a alguien a alcanzar un triunfo,
deseo que lo reconozca públicamente.
Si alguien es premiado por sus méritos,
me aseguro de mencionar los míos también.
Siento celos de la atención que le dan
a algún familiar, amigo, compañero etc.
He fingido ser amigo de alguien
solo para sacar un beneficio personal.
Me comparo constantemente con los demás.
Siento enojo por los bienes o cualidades
de los demás.
Le he reclamado a Dios por el bienestar
o cualidades de los demás.
Creo que los logros que he obtenido son
solo mi esfuerzo y no por la ayuda de Dios.
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El Papa nos ofrece el testimonio
de San Pablo como solución
ante estos vicios:
“Las alabanzas que el vanidoso
espera cosechar en el mundo,
pronto se volverán contra él”
Papa Francisco.
Rellena ✏️ cada moneda que irá en el cofre según su numeración,
por cada respuesta que hayas contestado afirmativamente.