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3FORMAS
Patrono de los que sufren en cuerpo y alma, este santo es conocido como un gran intercesor ante las necesidades más profundas. ¿Cuál es la historia de este monje libanés y cómo pedir su auxilio?
Por *P. Yaacoub Badaoui @desdelafemx
un monje fue a hacer la oración de me- dianoche junto a sus restos, y vio que del cuerpo de Charbel salía una luz espléndida. Fue a llamar al superior del Monasterio, quien, al comprobarlo, hizo que se tocaran las campanas para que todos los monjes pudiera ser testigos del milagro.
Tras ser sepultado, la misma luz comen- zó a salir de su tumba, y así se mantendría durante casi 45 noches.
Por aquellos días, unos campesinos llamaron a la puerta del Monasterio para preguntar por la luz que se proyectaba desde el cementerio, por lo que el Superior los invitó a pasar a fin de que vieran de dónde salía y también fueran testigos.
Semanas después de su muerte, unos policías que buscaban a un asesino oyeron un disparo, voltearon, vieron la luz a lo lejos y creyeron que era la señal que se les enviaba de haberlo localizado.
Fueron al Monasterio y llamaron a la puerta. “¿Dónde está el asesino?”, le pre- guntaron al Superior. “Aquí no hay ningún asesino -les respondió él-. Aquí lo que hay es un santo”.
El Superior hizo que lo acompañaran para que vieran que ahí no había ningún asesino, y además atestiguaran el luminoso milagro que habían visto ya los campesi- nos. Los policías no eran cristianos, sino musulmanes, pero al ver lo que ocurría también se convirtieron.
DE PEDIR LA INTERCESIÓN
DE SAN CHARBEL
B
autizado con el nombre de Youssef Antoun Makhlouf, san Charbel nació el 8 de mayo de 1928 en Beqakafra,
Líbano, y desde pequeño mostró interés por la vida de oración. Los habitantes de su pueblo natal aseguraban que diariamen- te, tras cuidar a sus ovejas, se le veía arro- dillarse ante una imagen de la Virgen María y orar por horas.
A los 21 años ingresó al Monasterio de Nuestra Señora de Mayfoug, donde adoptó el nombre de Charbel. Dos años después profesó los votos perpetuos como monje en el Monasterio de san Marón en Annaya, Líbano, y fue ordenado sacerdote el 23 de julio de 1859.
A los 47 años solicitó permiso para vivir en soledad y oración en la ermita de San Pedro y San Pablo. Comía una sola vez al día, y así vivió hasta los 70 años, en que Dios lo llamó a su presencia el 24 de di- ciembre de 1898. Su cuerpo fue llevado de regreso al Monasterio de San Marón para hacerle los ritos funerales y sepultarlo.
Se cuenta que, estando aún en el ataúd,
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18 de julio de 2021
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