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Al tiempo, con el permiso del Patriarca, el Superior General abrió el sepulcro de Charbel, y los presentes quedaron mara- villados al ver que el cuerpo flotaba sobre agua y no parecía muerto; incluso excretaba sudor y sangre, y su temperatura era como la de una persona viva.
En 1950 -a 52 años de su muerte-, Roma solicitó que una comisión militar hiciera estudios al cuerpo de Charbel, y los resul- tados fueron iguales. Lo mismo ocurriría en 1960, el año en que sería abierta la tumba para iniciar su proceso de beatificación.
Fue en 1950 -27 años antes de su ca- nonización- cuando comenzó a tomar fama de santidad la figura de Charbel, por cuya intercesión ocurrían numerosos milagros. En el Monasterio se dispuso un cuaderno, en el que personas que pedían su inter- cesión escribían los milagros obrados: unos que no escuchaban comenzaban a hacerlo; otros que no podían caminar dejaban sus bastones; gente que era invidente comen- zaba a ver.
Por aquellos días, el Secretario del In- terior de Líbano, Emile Lahoud, fue a ver al Presidente, Bechara El Khoury, para ha- cerle un reclamo: “¿Por qué permites a esos
CONÓCELO
El monje libanés más famoso de la historia
Su fiesta en el Líbano es en diciembre, pero debido al duro clima también se le festeja en el verano.
En México se le celebra el tercer domingo de julio, en torno a la fecha de su ordenación, el día 23.
monjes que se burlen de la gente?”. Be- chara El Khoury le respondió: “Tú eres el Secretario del Interior, ve tú a Annaya y prohíbeselo”.
Emile Lahud fue recibido en el Monas- terio por el Superior, y mientras conver- saban sonaron las campanas. El Secretario del Interior pidió que dejaran de sonar, pues no quería que se supiera que él estaba ahí. “No te preocupes -le dijo el Superior-, las campanas no suenan por ti, suenan cada vez que se cumple un milagro”.
Emile Lahoud no estuvo dispuesto a soportar más y se retiró furioso; salía ya del Monasterio, cuando se encontró con un viejo conocido de nombre Eskándar, un invidente que había sido su vecino, y qué ahora ya veía. “¿Eskándar? ¡Cómo!”. “Pedí a san Charbel su intercesión y se me concedió el milagro”, le respondió.
Ese mismo día, Emilie Lahoud escribió en el cuaderno del Monasterio: “Por la in- tercesión de Charbel, hoy Dios obró dos milagros: abrió los ojos de Eskándar y abrió los ojos de mi conciencia. Me dio la fe, me convirtió”.
El autor es superior de la Orden Maronita Libanesa en México
El P. Yaacoub fue modelo para la imagen de san Charbel en México.
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18 de julio de 2021 desdelafemx desdelafe.oficial
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